... que volví de la India y, aunque sigo pensando de manera parecida, cada vez me apetece más darle una segunda oportunidad a ese país. Eso sí, viajando solo o con una o dos personas como máximo, quedándome más tiempo en los sitios e improvisando sobre la marcha. De momento (y por suerte) las impresiones de allí han ido pasando a un segundo plano en mi vida cotidiana y ya no tengo el viaje en mente a todas horas.
Hay una cosa que he notado, y es que desde que volví percibo mucho más los colores. En la India había mucha saturación, pero la luz propia de la atmósfera no era buena. En España y en Polonia, aunque (¿porque?) todo es menos abigarrado, estoy advirtiendo que los colores de la naturaleza me llaman mucho más la atención que antes de irme. Quizá se deba también al ojo fotográfico que he ido desarrollando a base de buscar imágenes que inmortalizar.
Esta nueva apreciación de los colores no es lo único que me he traído de allí. Debo de tener algún parásito intestinal o algo así, porque desde que pasé la gastroenteritis aquella o lo que fuera mi sistema digestivo no ha vuelto a la normalidad. Debería ir al médico un día de éstos, pero me da tanta pereza... Además, aquí igual ni conocen los bichos que puede haber por aquellas latitudes...
lunes, 1 de octubre de 2007
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