miércoles, 15 de agosto de 2007

Agra

Nos levantamos tempranisimo, antes de las seis, para ver el Taj Mahal al amanecer, pues dicen que entonces el marmol blanco despide brillos de diferentes colores a medida que sale el sol. Dado que, ademas, era el Dia de la Independencia, ibamos todos vestidos de gala (lease: disfrazados de indios del todo a cien) para la ocasion; yo, por ejemplo, con la camisa naranja destinhente que me habia comprado en Varanasi. Cuando llegamos alli, sin embargo, ya habia amanecido. Nos hicieron apoquinar 750 rupias (quince eurazos) por cabeza, mientras a los nacionales les cobraban solo 20, a cambio de una medallilla de carton decorada con una guirnalda navidenha calvorota a modo de conmemoracion del Dia de la Independencia (condecoracion que, por cierto, no nos quitamos en todo el paseo), de modo que pareciamos salidos de un desfile de miss Agra o de una exposicion de caniches o yorkshires. Al aspecto general anhadian un toque de distincion los patucos blancos tipo hospital que nos proporcionaron para entrar en el templo. Pero omitire las miradas y sonrisillas que nos echaban los indios para ir directamente al grano.

El Taj Mahal, palacio totalmente simetrico construido si mal no recuerdo en el siglo XVII por no se que gobernante como prueba de amor a su difunta esposa. Un edificio blanco que deslumbra con la luz del sol, una construccion eterea de aspecto fragil, delicada a la vez que imponente. Bella, sin ningun pero. Sin el punto hortera que suele caracterizar a la India (si, se que lo hortera es un concepto puramente cultural, pero yo juzgo desde mi punto de vista). Si no supieramos que es de marmol, jurariamos que es leve y que la primera tormenta que venga hara que se desmorone en anhicos como si fuera de cristal. Es la obra maestra del mas habil de los pasteleros, una creacion de azucar glace culminada por cupulas terminadas en punta como recien salidas de la manga pastelera; y, sin embargo, no empalaga. Su fachada esta adornada con incrustaciones de piedras semipreciosas formando elegantes motivos florales que desde lejos parecen pintados e inscripciones del Coran. Esta rodeado por cuatro esbeltos minaretes igual de blancos y levemente inclinados hacia fuera de modo que en caso de terremoto no se derrumben sobre las fragiles cupulas. Cada uno de sus lados es igual a los otros, en perfecta simetria. En suma: es la leche. Me habria gustado disponer de mas tiempo para sentarme a contemplarlo y dejarme inspirar por el, pero ibamos un tanto apretados de tiempo porque queriamos ver no se cuantas cosas mas ese dia y llegar por la noche a Jaipur. Pero no descarto volver algun dia. Poco mas puedo decir sobre el Taj Mahal que no se encuentre en las guias. Poco mas puedo describir que no veais en las numerosas fotos que ya hay. Para muestra, un foton. Dicen que el tipo aquel habia ordenado que a su muerte lo enterraran en otro templo igual, solo que de marmol negro, que habria de construirse enfrente. Lastima que aquel proyecto megalomano no se llevara a cabo, me habria gustado ver el contraste.



Volvimos al hotel a desayunar, cogimos las mochilas, las cargamos en la baca del jeep y nos fuimos a ver el Fuerte Rojo. Por el camino el guia se empenho en llevarnos a ver como "los descendientes de quienes elaboraron la decoracion del TM" todavia seguian cultivando la tecnica. Aquello motivo tensiones en el grupo, pues muchos querian ir y, ya de paso, comprar alguna cosilla, mientras que yo no queria ni entrar, pues ya se lo que pasa: con tal o cual excusa (en este caso, la demostracion de la tecnica artesana) te empiezan a ensenhar miles de cosas, la gente se pone a regatear y perdemos mogollon de tiempo. Efectivamente, nos ensenharon piezas alucinantes, si hubiera tenido pasta y espacio en el equipaje me habria comprado unas mesas preciooooosas, pero, joder, yo no he venido a la India a hacer compras. Total, que en el jeep tuvimos una discusion encubierta, yo me mosquee y me plantee seriamente escindirme del grupo e irme por mi cuenta, aunque luego me lo pense mejor y decidi dar una segunda oportunidad al grupo, al fin y al cabo voy con gente que me cae bien y con la que me gusta estar y conversar; sobre todo, no me gustaria separarme de mi hermana.

Por fin llegamos al Fuerte Rojo, yo mosca y creo que otros tambien, y alli querian cobrarnos otra vez 250 rupias, asi que dijimos que ni hablar y tiramos palante. La siguiente parada fue Fatehpur Sikri, un pueblo construido por no se que gobernante y que acabo siendo abandonado por falta de agua en la zona. Tambien querian cobrarnos no se cuanto para verlo y tambien dijimos que no, pero unos individuos que andaban por alli nos chivaron que habia una parte que se podia visitar gratuitamente, la mezquita (Jama Masjid), y se ofrecieron a acompanharnos por un modico precio, oferta que amablemente declinamos, pero se pusieron tan pesados que acabamos aceptando la companhia de uno que insistia a pesar de que le habiamos dicho que no le dariamos ni un duro.

Jama Masjid, adonde tuvimos que entrar descalzos, nos molo un monton, habia muchos musulmanes por alli y he de decir que la mayoria de ellos se portaron genial con nosotros, rebatiendo asi la opinion que me habia venido formando en los ultimos dias (sobre todo un chaval estudiante -no muy aventajado- de espanhol, que nos guio, nos explico y nos hizo fotos -cosa que se agradece, porque estoy harto de no salir en mis fotos, y no hay mucha gente que pueda hacermelas con la reflex- sin pedirnos nada a cambio), aunque tambien hubo unos musicos cabrones que me cogieron el billete con el que les quise obsequiar (tocaban de pe eme) y, contra lo que habian prometido, no me devolvieron el cambio. Vimos tambien un funeral la mar de curioso, de hecho ni siquiera sabiamos que era un funeral, porque la gente estaba echando saris de colores y petalos de flores y repartian caramelos, pero nos dijeron que habia un muerto. Nadie lloraba. Y nosotros por alli como pedro por su casa, hasta que nos dimos cuenta de que iba la cosa. Menos mal que no me habia puesto todavia a hacer fotos.

Y el resto del dia lo pasamos metidos en el jeep camino de Jaipur, la ciudad rosa, capital del Rajasthan. Por el camino nos llamaron la atencion, entre otras cosas, lo arido del paisaje, las chozas de adobe sin ventanas con techo de paja donde no sabemos si vive gente, cabras o almacenan grano, los carros tirados por dromedarios, la vestimenta de las mujeres, que en vez de saris llevaban faldas y velos de colores fosforitos y el hecho de que fueran estas quienes trabajaban la tierra.

2 comentarios:

mmelekk dijo...

Yo visité esta joya justo al atardecer y es cierto que los juegos de colores fueron impresionantes: desde el blanco, al blanco anaranjado durante el atardecer, al blanco azulado al comenzar a caer la noche… Precioso. Ahora bien, nos pasamos horas y horas echados en la parte de atrás, junto al Yamuna.

Una de las cosas que a mí más me impactaron fueron los dibujos en piedras preciosas incrustadas que había en las paredes del interior. ¡Tan perfectos!... Es increible. Sin embargo, también es cierto a una se le ponen los pelos de punta al saber, según cuentan, que el señor Sha Yahan mandó cortar los dedos de los 22.000 trabajadores que habían pasado por allí para evitar que pudieran llevar a cabo réplica alguna del mausoleo. Escalofriante…

En cuanto al Fuerte Rojo de Agra, no os perdisteis nada. Es muy similar al de Delhi. Fatherpur Sikri es mucho más bonito. Por cierto, las fotos me resultan conocidas ;-) Están muy chulas.

Pues nada, sigue contando.

Besotes

Alfonso dijo...

A nosotros el guia nos conto que lo de los dedos es leyenda, lo que pasa es que a quienes practican esa tecnica de incrustacion las puntas de los dedos les quedan destrozadas y les sangran. Tras la demostracion que vimos, me lo creo.

Que envidia, me gustaria poder volver algun dia y pasarme horas alli, a mi bola, tranquilamente, contemplando...