miércoles, 22 de agosto de 2007

Mas reflexiones sobre la India

No podria vivir en este pais. No ya por el calor, la suciedad o los bichos, cosas todas a las que podria acostumbrarme. De hecho, esperaba encontrar mas de todo ello. Me ha sorprendido no haber visto mas que un par de cucarachas como dios manda (minicuquis habia miles en Khajuraho) y dos o tres ratas. Poco me importan cosas como las aglomeraciones de gente, su forma de conducir, la cantidad de tiempo y energia que hay que invertir en cualquier minima gestion, los frecuentes apagones electricos o que las calles se inunden cuando llueve. Todo ello es tolerable.

Pero hay cosas que, si para el turista no son mas que una incomodidad, para el inmigrante deben de ser un obstaculo insuperable. Para empezar, me parece imposible integrarse en esta sociedad. Claro que hay gente hospitalaria, pero la barrera cultural es demasiado poderosa. Incluso si consiguiera comunicarme en hindi. Comprender la cultura, la religion, las costumbres, etcetera, requeriria anhos y anhos de adaptacion. Para mas inri, por mi fisico esta claro que soy extranjero. Y el extranjero no tiene cabida en el sistema de castas. El extranjero es un euro con patas. Y yo aqui seria el eterno extranjero.

No me gusta el sistema de castas. Quiza sea apropiado para un pais donde, en muchos casos, mas vale conformarse con el destino que a uno le ha tocado en suerte, pues pocas son las posibilidades que tiene de cambiarlo. Pero el hecho de que una persona sea inferior o superior a otra por nacimiento me parece terrible. No soporto la actitud de unos indios frente a otros. No soporto el servilismo de los porteadores de los hoteles. No soporto que me llamen "sir" todo el tiempo, que me traten como a alguien superior. No quiero que nadie transporte mi equipaje y menos que me exija una propina a cambio. Que les den trabajo de limpiadores, cosa bastante mas necesaria. Ganesh no quiso entrar en el restaurante del hotel de Khajuraho, a pesar de que lo habiamos invitado a cenar con nosotros, porque "a los del hotel no les parece bien". No era su lugar. En los hoteles adonde vamos Sonu duerme junto con todos los choferes en barracas aparte con catres en forma de litera, mientras por los pasillos, tirados en mantas, duermen los camareros, limpiadores y recepcionistas. Es verdad que en todo sistema hay desigualdades, pero es que en este ni siquiera cabe la posibilidad de ser igual.

Si, somos euros con patas, no personas, y todos quieren aprovecharse de ello. Incluso los ninhos estan adiestrados para sacarnos dinero o regalos. Nadie da nada por nada. Que se te acerquen ninhos sucios a pedir comida aun me parece normal, pero que cualquier chaval bien vestido recien salido del cole te venga y te diga directamente "ten rupees" y que, encima, cuando le dices que no, intente regatear, me parece increible. Triste. Y no se les puede dar ni un duro, porque entonces no iran a la escuela, ya que el oficio de mendigo puede ser mas lucrativo. Al fin y al cabo, diez rupias para nosotros no son nada y para ellos es un monton de pasta. Cuando les compras caramelos, se pegan por ellos. Cuando les compras comida, se la tienen que dar al cabecilla, como en Oliver Twist. Cuando les haces fotos, los mas grandes empujan a los mas chicos para aparecer en primer plano.

Los adultos no se lo montan mucho mejor. Te abordan sonrientes, entablan conversacion y, cuando crees que hay buen rollo, te sueltan "ahora ven a ver mi tienda". Si no muestras interes, se dan la vuelta y van en busca de otra presa. Agobia que, en vez de buscar tu la mercancia que quieres, sea la mercancia la que, quieras o no, te busca a ti. Es cierto que en Europa hay publicidad por todas partes, pero se puede hacer caso omiso de ella. La publicidad viviente de este pais es pesada a mas no poder. Si decides comprar algo, puedes estar seguro de que te van a timar. Te van a intentar vender como seda lo que no es mas que un tejido sintetico. Como hecho a mano lo que evidentemente esta hecho a maquina y en serie. En las tiendas los productos no tienen etiquetas con el precio. Te dicen lo que quieren. Si eres pardillo y lo pagas, tanto mejor para ellos. Si no, empieza el regateo, que una vez es divertido, pero todos los dias resulta una perdida de tiempo. Quiza consigas una sustanciosa "rebaja", pero siempre sales con la sensacion de que, aunque protesten y lloriqueen, aunque te digan que no estan obteniendo ningun beneficio, siempre te estan tangando. Nunca sabras realmente lo que paga un indio por la misma mercancia.

Si, te timan y te enganhan de todas las maneras posibles. Los guias te llevan a las tiendas donde tienen comision. Los rikshistas te dicen que el hotel adonde quieres ir esta lleno y te quieren llevar a uno que esta mas lejos y pertenece a algun familiar o amigo suyo. O te llevan a cualquier lado y te dicen: ya estamos. Te cobran, te bajas y te encuentras con que estas en el medio de la nada, pero mucho mas cerca de tu punto de partida que del de teorica llegada. Etcetera, etcetera.

Te sientes tan enganhado que acabas desconfiando de cualquier sonrisa. Si acaso ocurre que alguien te quiere ayudar de verdad, desconfias. El otro dia en Udaipur estabamos buscando un barco para dar un paseo por el lago Pichola. Un tipo nos dijo que el paseo que nosotros queriamos hacer, con escala en la isla, no valia la pena, y que era mejor hacer uno mas corto y por mucha menos pasta. Nos senhalo el embarcadero de al lado. Pensamos: ya estamos otra vez, este tiene comision. Pues no se si tenia comision, pero tenia toda la razon. El paseito que dimos era carisimo y la escala en la isla, totalmente prescindible.

Otra cosa que no me gusta, aunque puedo llegar a comprenderla, es que no se pueda demostrar carinho en publico. Menos mal que aqui no tengo a quien abrazar, pero no me imagino irte de viaje con tu novia y no poder tocarla ni besarla; tanto menos vivir en un pais asi. Hasta el punto de que a veces le hago un gesto de carinho a mi hermana y me doy cuenta de que la gente nos mira. Lo paradojico (y esta parte me parece bien) es que los chicos si van por la calle de la manita, o enlazados por el hombro.

No se demuestran carinho y, en general, no demuestran lo que sienten. Probablemente me falten claves para entenderlos, algunas de las cuales iria pillando con el tiempo, pero aun asi. Tampoco son asertivos. A no ser que haya dinero de por medio, es decir, que no les guste un trato economico, no son capaces de decir que no. Si, por ejemplo, cierran el ciber a las 11 y tu les pides un rato mas, aunque les fastidie te diran que no problem. Pero te estaran rondando hasta que te vayas.

Me sorprende que ya desde ninhos esten acostumbrados a no tocarse. Si que hay ninhos carinhosos, los ves que te sonrien y se acercan a ti, pero no pasan la barrera del contacto fisico. Y yo soy una persona que necesita el contacto fisico o, como minimo, la cercania.

Otra cuestion insoportable a largo plazo es la de la comida. Tienes que andar constantemente alerta a lo que bebes, lo que comes y como lo preparan. Tienes que privarte de tentaciones como un zumo de fruta en un puesto callejero. Tienes que lavarte los dientes con agua mineral que en realidad no es mas que agua corriente tratada y embotellada. Y, encima, por mucho cuidado que tengas, siempre acabas pillandote alguna diarrea. Si quieres comer en sitios que te ofrezcan cierta garantia, lo pagas a precio europeo. A mi me gusta la comida india, pero el exceso de picante acaba afectandote al estomago. Y encima, como no como mas que hidratos de carbono y en cantidades industriales (porque, como digo, al fin y al cabo la comida esta buena), me estoy poniendo como una foca. Voy a volver de la India habiendo engordado, !inaudito!

Tambien hay cosas buenas, claro. Me gusta la comida, y supongo que si viviera aqui y pudiera prepararme mis propias ensaladas y macedonias me gustaria todavia mas. Me gustan los rasgos de la gente. Me gusta la lengua y el alfabeto. Me gusta el arte, sobre todo la escultura. Me gusta la musica, parece que en ella expresan cosas que no saben exteriorizar de otra manera, como la sensualidad. Me gusta la tolerancia religiosa que suele haber, la convivencia entre hindues, musulmanes y representantes de otras religiones minoritarias como el budismo, el jainismo o el cristianismo. Sobre todo, me gusta la tranquilidad que emanan los hindues, aunque en gran parte se deba a la resignacion que su propia religion les impone.

Me temo que cuando vuelva a Varsovia la comida me va a parecer sosa, la ciudad mas gris todavia de lo que ya es y la vida, en general, poco emocionante. O quiza sea al reves y consiga apreciar mas lo que tengo alli.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Alfonso:

Se notan en estas reflexiones que ya llevabas más tiempo en la India que cuando escribiste las primeras. Coincido bastante contigo. El sistema de castas y cómo eso estructura la mente de un indio explica bien por qué resulta tan poco permeable esa sociedad al extranjero. Viajando por centroamérica tuve oportunidad de interaccionar más y mejor con su gente, su esencia humana, que aunque extraña y misteriosa cuanto más indígena era, no era tan inaccesible ni impermeable. En India lo es mucho más. Y el turista queda rodeado de una capa viscosa de depredadores y de todo el tinglado turístico (hoteles, restaurantes, rickshaws, tiendas, pedigüeños) casi imposible de romper. El indio que no vive de ti te ignora por lo general. He visto excepciones, cómo no. Siempre las hay. Pero esa es la tónica general.
Sobre el tema de el timo constante, coincido en que el problema no está en que te resulte más caro, sino en el hecho de que te engañen. Hay quien piensa que es justo que si tu dinero vale más pagues más (un amigo me lo explicaba con detalle el otro día este punto de vista), pero no coincido en eso. Y es que puede que mis 700 € al mes les resulten una fortuna, pero yo apenas llego a final de mes con ellas. Se lo expliqué a un par de chavales en el tren (el lugar donde mejor se puede conectar con indios no dependientes del turismo y que no pretendan timarte): gano 700 € al mes (enseguida calcularon en rupias y alucinaron), sí, flipad chavales, pero fliparon lo mismo cuando les dije que 300 se me iban solo en pagar por vivir en una casa que no era mía, y que el pan me cuesta 20 veces más que a ellos... La clave es la proporción de las cosas. Mi dinero vale más en India, pero mi poder adquisitivo en mi país de origen puede que sea inferior al de muchísimos indios que intentan timarme sobre el presupuesto de que soy rico por el solo hecho de ser blanco (europeo o estadounidense). Y no es así. La limosna que le pueda dar a un indio puede que suponga, en términos proporcionales de poder adquisitivo, más de lo que yo gano en dos horas dando clases en el conservatorio. De modo que, y ya paso a un plano sociológico más abstracto, el problema no es que sean pobres, porque en ese sentido no lo son tanto (los hay que sí, cómo no, también es España y USA los hay, cómo no...) sino en el modo de vida. Tú lo ves todo sucio y degradado, pero arreglar esa ventana puede que les cueste proporcionalmente lo mismo o menos que a ti te cuesta arreglar la tuya en tu país. Si lo tienen todo así de sucio y degradado es porque no les importa. Y no es que sea lo que a mí más me preocuparía, pero sirva de ejemplo para ilustrar lo que entiendo por "concepción de un modo de vida". El suyo es diferente. Pregunté a un indio inteligente, respetuoso, bastante formado y comunicativo con quien tuve el privilegio de conversar (seguro que hay más muchos más, pero ya se sabe, contactar con el resto de la población india no dependiente de turismo es muy jodido) cuánta actividad económica estaba sometida a fiscalización en la india...parece que el 30%. El resto es negro. Y ya sabemos que si no hay impuestos no hay colegios ni hospitales ni bibliotecas ni carreteras ni alumbrado público de calidad ni agua potable ni tantas cosas... Si no hay una fiscalización extendida que me digan los sociólogos por qué y que los economistas que expliquen en qué incide eso. Me temo que la respuesta es porque no hay conciencia de tener nada que mejorar - generalizo, por supuesto, sé que hay planes gubernamentales de desarrollo y también cosas como las de Vicente Ferrer, pero me refiero a la conciencia global de los indios - y que la consecuencia es el subdesarrollo (falta de condiciones para la inversión o cosas de ese estilo). La verdad es que si el país se cae de viejo y sucio y decadente es porque es la proyección material de la concepción mayoritaria de los indios: poco materialista, muy religiosizada e imbuida por el inmovilista sistema de castas. Su potencial espiritual es enorme e inspira a gente de todo el mundo (entre los que me encuentro), pero su realidad material genera paradójicamente el fenómeno del cazaturista y timador sin escrúpulos tan estereotípicamente indio que quiere dinero y dinero...el turismo tiene la propiedad de atraer como un imán a los codiciosos (¿o vuelve codiciosos a todos aquellos a quienes ofrece el néctar tentador de su caudal de dólares y euros? ¿El huevo o la gallina?).
Y ahora demos otro cambio brusco de planos, abstraigamos más y enfoquemos la cosa desde un punto de vista más olímpico. Lo cierto es que antes de que llegara la colonización inglesa a la India no creo que tuviesen el conflicto en el que están ahora metidos. Un modo de vida que los apisona por su poderío tecnológico (que parece que la civilización blanca es el primogénito de los dioses). Ese modo de vida destruye el suyo previo y reemplaza sus valores por los ya consabidos...(básicamente, esos que se filtran a través de la televisión). Es la imposición de un modo de vida ajeno como forma de dominación y explotación. La india, como todos los países "no desarrollados" son pueblos violados. Hemos mutilado sus valores (solo subsisten los religiosos, que por más abstractos, toleran la superposición con los más mundanos y materialistas sin demasiados conflictos subjetivos para la persona). Pongamos un ejemplo: una tribu vive siguiendo y en función de los ciclos naturales, el abastecimiento de agua resulta un problema siempre a tener en cuenta (caso extremo: los fremen, en el libro DUNE) y de repente llegan unos tipos que se lo montan de forma que tienen agua con solo abrir un grifo: MILAGRO. El indígena anhelara ese modo de vida con ilusión de divinidad, de control del cosmos, sin entender que le lleva a la perdición de sí mismo, le aboca a la nada por la pérdida de sus valores personales y culturales los cuales no se para a evaluar en toda su profundidad (como tampoco lo hacen la inmensa mayoría de los blancos respecto de los suyos propios...en todos los pueblos hay elites pensadoras, el chamán u otro hombre sabio de la tribu seguro que será el más receloso a la perdida de su tradición, porque intuirá o sabrá mejor que cualquiera que eso no significa conservar unos trajes y unos bailes alrededor de la hoguera, ni unas estatuas de divinidades…sino mucho más, tanto más, que me acojono de intentar siquiera dar un esbozo introductorio y lo dejo a la imaginación y buen entendimiento del que lea esto…Pero en la historia suele darse que la ley del más fuerte, y no del más sabio, es la que funciona. Este mundo, a veces pienso que es un kleenex, que está aquí para ser usado y tirado; reconozco que esa visión me tienta demasiadas veces para poder dormir tranquilo...
Adonde voy: cuando el indio te está engañando sin escrúpulos, timándote a saco, sin miramientos ni respeto de ningún tipo, piensa que en su rostro hay un pueblo entero violado por tu agresivo modo de vida (el de los blancos, y tú, como blanco, LLEVAS ESE KARMA ENCIMA DE LA ESPALDA, solo por el hecho de serlo, blanco, y de gozar de ese modo de vida - gozar o sufrir o los dos -), un modo de vida que ha destrozado el suyo haciéndole creer que es peor, resultando en una explotación ante todo económica con alcances humanos mucho más allá de los económicos (para ilustrar solo un poco, y uno de los innumerables aspectos, sirva la triste y excepcional película "el jardinero fiel", por poner un ejemplo). Ese indio es una exigencia cósmica que te dice: devuelve lo que no es tuyo y les has robado a esta gente, porque tu karma civilizatorio te conforma como ser al igual que los genes de tus padres. Si eres blanco eres culpable de explotación, exterminio y masacre de pueblos indígenas, y lo siento mucho por ti, que estarás pensando "pero si yo no he hecho nada...", tampoco han hecho nada los que murieron en las torres gemelas o en los trenes de madrid. Qué fuerte no? Eso es karma, si participas de los valores de tu sociedad asumes su karma. SI NO ASUMES ESTA VERDAD, no tienes derecho a quejarte ni a cagarte en el indio que te la está devolviendo (por cierto que él tampoco tiene por qué saber qué fenómeno está encarnando), pero...veamos, no es más que un alumno aventajado: aplica lo que se le ha enseñado: a engañar y a explotar. Esa enseñanza es blanca (y qué "oscura"). No sé si se me ha entendido, no se me malinterprete con compresiones rápidas y a medias, por favor...
Significa esto que digo que hay que joderse y tragarse los precios astronómicos y que te cobren al doble incluso el agua? Mi respuesta es esta: si asumes los valores de tu sociedad integralmente aun inconscientemente, entonces es cósmicamente armonioso que se te engañe y se te time y todo esfuerzo tuyo por evitarlo reforzará tu karma chungo; por el contrario, si has puesto en cuestión la ruindad de los valores de tu sociedad blanca explotadora y has analizado en tí mismo todas estas implicaciones entonces no tienes por qué sufrir eso: entonces estaré de acuerdo en que te subas a un rickshaw que te quiere cobrar cinco veces más mientras sonriendo dices ok y que al llegar le pagues, todavía con la sonrisa, cinco veces menos de que te pedía. Eso sí, jamás pagues menos de lo que es justo (y justo es el precio indio, por lo que explicaba antes de las proporcionalidades del poder adquisitivo, y de cómo su degradada materialidad no demuestra que sean más pobres...) porque si limpiaste en ti el karma chungo de tu civilización...no te enmerdes de nuevo con la codicia y la mentira :).
Yo no vuelvo a la India, señores, estuve 20 días y tengo suficiente. En todo caso al norte budista que está al pie de los himalayas, región de la cual todo turista que ha estado me ha hablado maravillas porque no se da el modo de vida indio actual. Lástima por todos los monumentos maravillosos que hay en la India. Quién sabe, quizá dentro de muchos años haya agotado el resto del mundo y vuelva…
Saludos.

Un abrazo, Alfonso. Por cierto, ¿cómo le fue a tu hermana la homeopatía que le pasé? Espero que ya esté del todo bien (yo, mira lo que son las cosas, estuve desde mitad del viaje un poco descompuesto, pero sin llegar a estar enfermo ni nada, y ha sido al llegar a Valencia cuando me han empeorado las diarreas, y aunque sin necesidad de cama ni nada, estoy a base de arroz y agua…jajajaj)

Eladio.

PD: Che, Alfonso, debiste aludir, aunque fuese de pasada, a la colección de anécdotas de timadas que se narraron bajo la luna casi llena del desierto de Jaisalmer…todavía me estoy riendo…

Alfonso dijo...

¡Hola, Eladio! Mil gracias por tu comentario, hace días que quiero contestarte pero no logro ponerme en modo argumentativo-discursivo. Vamos por partes.

Y empecemos por el final, que es lo más fácil. Tienes razón, debería haber puesto algo sobre todo lo que se habló aquella noche, pero yo en aquel momento no estaba participando demasiado, me encontraba en un extraño estado en el que oía y comprendía todo lo que contabais, pero me llegaba como desde muy lejos y me daba la sensación de que las palabras no terminaban su camino en mí, seguían más allá. Era una sensación rara y bastante agradable. Estaba allí tumbado en medio del desierto, a la luz de la luna llena, a mi alrededor la gente conversaba y contaba anécdotas divertidas (divertidas a la hora de contarlas, no cuando ocurrieron) y me encontraba bien, pero no se puede decir que estuviera muy centrado. Dicho de otro modo, que aparte de lo de la cajita de hueso de camello apenas recuerdo nada. Que conste que no me había tomado nada, ¿eh? El de los porros era nuestro conductor.

Por la misma razón, tampoco me enteré de lo de la homeopatía que le diste a mi hermana. Pero supongo que todos estamos ya recuperados de los trastornos digestivos habituales en un viaje así. Yo ya estoy bien. ¿Y tú? No será por falta de arroz en tu tierra... ;)

Envidio vuestros viajes en tren. Nosotros sólo hicimos uno (pero bien largo, ya ni me acuerdo de las horas, algo así como diez teóricas más siete de retraso), de Varanasi a Delhi. En aquel tren sólo conocí a un indio, que trabajaba para no sé qué multinacional, hablaba bien inglés (y su mujer también, pero se mantenía al margen de la conversación y yo no sabía hasta qué punto podía dirigirme específicamente a ella) y me contó algunas cosas interesantes. Pero eso fue ya al final del viaje.

Estoy plenamente de acuerdo contigo en lo de las proporciones y el poder adquisitivo. Además, es justamente esa diferencia en lo que vale el dinero lo que facilita que nosotros viajemos a lugares "exóticos". Quiero decir que en el momento en que viajar a esos países deje de ser barato (bien porque se equipare el nivel de vida, bien porque el saqueo del turista se vuelva omnipresente), quienes sólo buscan unas vacaciones baratas se buscarán destinos "mejores", mientras que quienes de todas formas queramos conocer tal o cual lugar tendremos que limitar nuestros viajes, nuestras estancias o nuestros gastos. Con lo cual todos saldremos perdiendo, incluso ellos. Pero de esto no se dan cuenta. Varias veces me han ocurrido cosas que me han hecho exclamar: pero qué poca visión tienen. Por ejemplo: había quedado con un rikshero en que me llevara a tal sitio por cuarenta rupias. El tipo sonrió (que es algo que a mí me gana siempre) y condujo bien. Al llegar le pagué con un billete de cincuenta. Inmediatamente se lo echó al bolsillo y me dijo: no tengo cambio, está bien así. Evidentemente, le dije que de eso nada, que lo pactado era lo pactado. Estuvimos un rato con el tira y afloja, hasta que milagrosamente encontró un billete de diez y me lo dio. Lo cogí y, antes de irme mosqueado, le expliqué en inglés, con la total certeza de que no estaba entendiendo ni papa, que si no me hubiera intentado tangar le habría dejado de todos modos las diez rupias de propina, pero que por burro se quedaba sin nada. Escenas como ésta eran cotidianas. Cierto es que, si te pillan bajos de fuerza (o si, en vez del "porque yo lo valgo" utilizan la picardía simpática) a veces les sale bien la jugada, como al barbero de Pushkar (véase la aventura en la entrada correspondiente), que se sacó diez rupias por nada, pero él se quedó a gusto y a mí me hizo reír.

Me parece interesante lo que dices de que si lo tienen todo sucio y estropeado es porque no les importa. Pensado en las habitaciones de algunos hoteles, yo a veces me preguntaba si aquel mármol grisáceo estaba de ese color a causa de la suciedad o de la edad. Quiero decir que a lo mejor lo que ocurre es que no necesitan que las cosas tengan aspecto de nuevas si no lo son, basta con que estén limpias (quiero creer que en algunos lugares lo estaban). Viéndolo desde otro punto de vista más positivo, quizá se trata simplemente de que ellos no entran en un juego de apariencias como el que se da constantemente en Europa. Supongo que es un tema para reflexionar más a fondo.

En cuanto a lo que dices del karma y del modo de vida, lo comprendo, pero no lo comparto del todo. Vale que, como comentaba Mariola en otra entrada, para estas civilizaciones el individuo es algo insignificante y por ello a mí no me ven como a Fulanito de Tal, sino como a un europeo representante de tal cultura y, como todos los europeos, forrado. Sin embargo, yo considero que si soy europeo es por casualidad, que efectivamente lo soy, pero siento ningún orgullo por ello, es un mero hecho fortuito. Del mismo modo que me siento mal cuando critico a los indios porque, a pesar de haber tenido una visión bastante uniforme (y confirmada por muchas otras personas), me jode generalizar, también me duele cuando me atribuyen rasgos que no juzgo míos. La mayoría de las generalizaciones son producto de la ignorancia y yo soy consciente de que en lo que a la India respecta soy un perfecto ignorante.

Si tienes razón en lo que dices sobre cómo nos ven los indios, entonces es un caso de lo que yo llamo "rencor histórico". Es algo que ya he experimentado en numerosas ocasiones hablando con latinoamericanos (ojo, ¡no estoy generalizando!, tengo grandes amigos de por allí). Hay quienes todavía son capaces de hablar de los españoles contemporáneos como de sanguinarios conquistadores, todavía ven a los españoles como colonizadores sin escrúpulos. Perdón, yo no estuve allí. Yo no fui a descubrir ni conquistar ningún país, no saqueé ni maté a nadie y ni siquiera quise imponer mis creencias ni mi modo de vida. Cuando viajo procuro ser consciente de que el de fuera soy yo y de que, si hay algo que no entiendo o que me provoca rechazo, probablemente se deba a que carezco de las claves. Intento ser respetuoso y aprender todo lo posible de quienes viven de otra manera. Por eso, como digo, considero injusto que se me vea como un explotador, un colonizador o un mero turista ignorante. Es posible que sea sólo una cuestión de orgullo.

Pero por todo ello siento que debo darle una segunda oportunidad a la India. Quizá no ahora. Igual espero a ver si la vida me pone por delante algún contacto allí, alguien que me pueda enseñar el país desde dentro. Cuando eso ocurra, me pondré a aprender algo de hindi, aunque sea lo más básico, pues sin comunicarte con la gente no puedes entenderla. Y ojalá ello cambie la impresión que de momento me he llevado.

En cuanto al potencial espiritual, lo he visto también en otros lugares, como Brasil. Brasil es un lugar donde la gente tiene fe. No importa en qué, uno puede creer en tal o cual dios o simplemente en la vida; es más, uno puede ser a la vez católico y espiritista o tomar de cada sistema de creencias las que más le convengan. El caso es tener fe. Me parece alucinante. Y me gusta especialmente el caso de Brasil por su eclecticismo, por la convivencia respetuosa que existe, y porque siempre queda espacio para la alegría de vivir.

De los indios emana, más que alegría, cierta serenidad que sería muy positiva si no se tradujera muchas veces en resignación, conformismo e inmovilismo. De los musulmanes que he visto en la India (y hablo a partir de impresiones superficiales, probablemente me falten claves) emana más bien desconfianza.

Bueno, voy a ir parando por aquí, estos días mi cerebro no está muy despierto. Gracias de nuevo por prodigarte en este espacio. Por cierto, no tengo tu dirección electrónica, si puedes mándamela a la mía: acazen@hotmail.com, ¿vale?

Abrazos y hasta!!