sábado, 11 de agosto de 2007

En picado

Joder, vaya dia. Ahora mismo son las 10 de la noche y todos se han ido ya a dormir. Yo tambien me estoy cayendo de suenho desde hace horas y manhana tenemos que levantarnos sobre las cinco menos cuarto de la manhana para ver los ghats de Varanasi, pero no queria dejar pasar esta noche sin escribir. Hoy ha sido un dia emocionalmente muuuuy intenso. Nos ha dejado creo que a todos agotados. Para rematar la faena, llevo media hora peleandome con el unico ordenador que hay en este hotel, un cacharro anticuado que no me queria abrir la pagina del blog y, encima, me sale todo en japones. Ni siquiera en hindi, que para mi vendria a ser lo mismo, pero tendria mas sentido.

Entonces, el dia de hoy. Empezamos muy arriba. A las 7 de la manhana vino Ganesh a buscarnos para llevarnos en su riksha a ver unas cataratas que hay cerca de Khajuraho. Hoy batimos el record metiendonos todos en el vehiculo. Incluso inventamos una cancion con la musica de "en el auto de papa": "en la riksha de Ganesh caben ocho a la vez". Por el camino ibamos de muy buen rollo, admirando el paisaje rural, las tienditas de colores, la gente que pasaba andando o en bicicleta, las vacas... Idilico. Sara iba ya planeando venirse a dar clase de espanhol en una escuela de algun pueblito perdido como los de por alli.

Llegamos al sitio de las cataratas. A la entrada, mientras los demas gestionaban el sablazo que nos pegaron, yo me puse a hacer fotos de la gente que habia por alli. Unas ninhas preciosas posaron de la manera en que lo hacen los indios, mirando fijamente a la camara con tanta intensidad como si te quisieran hipnotizar. Luego me pidieron dinero, pero Ganesh nos dijo que no les dieramos, porque si no, no iban al colegio. Entonces me pidieron caramelos, que no tenia, o boligrafos, que tampoco tenia. Que poco preparado voy. A una de las ninhas Laura le dio el cartoncito de zumo que le habia sobrado del avion de ayer. A la otra yo le di (que verguenza!) lo unico que tenia, una toallita refrescante.

Entramos. Nos asignaron a un guia bastante simpatico vestido de paramilitar que nos fue ensenhando la zona y comentando curiosidades. ?Sabiais que el punto o la raya roja que muchos llevan en la frente se hace triturando entre los dedos hojas de teca? Es increible, son verdes, pero enseguida se convierten en una pasta roja con la que se untan el entrecejo. Nos puso a todos una marquita de esas que luego, por cierto, no habia quien se acabara de lavar. La primera panoramica de las cataratas era bastante bonita, aunque segun el guia fuimos en mal momento porque hay bastante sequia a pesar de ser epoca monzonica. Con mas agua, aquello debe de parecerse bastante a Iguazu. Luego fuimos viendo otras panoramicas, pero ya no eran tan interesantes. La verdad es que en ese sentido me quede un poco decepcionado. Yo me esperaba una zona abierta, no de pago, con una cascadita y un prado donde poder pasear libremente. Pero claro, con los indios uno nunca sabe lo que esperarse. Vimos tambien algunos animales como monos (langures y macacos) y antilopes a lo lejos, o "vacos" a lo cerca. Los "vacos" son, segun ellos, el macho de la vaca, pero no son toros y tienen una joroba en el lomo. Que cosas, ?no? Hacia tanto sol y sudamos tanto que alguna gente sufrio desfallecimientos. Tuvimos que reponernos con sendas pepsis y aguas.

Ibamos ya apuradillos de tiempo para coger el avion a Varanasi, pero por el camino de vuelta decidimos parar a hacer fotillos en una de las aldeas (por llamarles de algun modo, pues no eran mas que agrupamientos de ocho o diez casas) que habiamos visto a la ida. Dijimos: aqui mismo. Yo me baje ya armado de la camara para hacerle una foto a una senhora con sari que estaba bombeando agua de un pozo a un cubo, e inmediatamente me vi rodeado por chavalines que me tiraban del faldon de la camisa y me pedian dinero, caramelos, cualquier cosa. Les dije que no tenia nada, pero siguieron insistiendo hasta que le di la vuelta a los bolsillos para demostrarles que estaban vacios, con tan mala fortuna que en uno de ellos tenia "algo blanco". En cuanto vieron que sacaba algo, se abalanzaron sobre mi y a la velocidad del rayo, antes de que yo pudiera reaccionar, me abrieron la mano a la fuerza y me arrebataron el clinex usado que llevaba. Flipe, flipe, flipe pero que mucho muchisimo!!! Mientras esto me ocurria a mi, el resto del grupo era asaltado por otro lado. Laura y Sara entraron en una tiendita que habia y salieron con un par de bolsas de caramelos. Aquello fue el desmadre. Los ninhos las rodearon como una marabunta, todos gritando, saltando para coger la bolsa que ellas, desbordadas, intentaban mantener en alto para que no se la arrancaran de las manos, se empujaban, se zarandeaban, forcejeaban, !!algo bestial!! La escena, que al principio me parecio divertida, se fue volviendo cada vez mas violenta. Sara intento ponerlos en fila, yo me acerque para ayudarlas pensando que, al ser mas grande y tener la voz mas fuerte, serviria de algo, pero pocos fueron los que hicieron caso, el resto seguia empujandose. Las chicas no sabian que hacer, hasta que una senhora del pueblo les hizo gesto de que tiraran los caramelos al suelo. Javi, en un gesto festivo, los tiro al aire como hacen los reyes magos en las cabalgatas, ya que tirarlos al suelo le parecio un poco denigrante. Y ahi se armo la de dios es cristo. La jauria de ninhos se arrojo al suelo, unos se pegaban con otros sin cesar de gritar, !!algo tremendo!! Se que sonara a sarcasmo, pero en aquel momento me vino la idea de que en gallego y portugues (al igual que antiguamente en castellano) a los ninhos se les llama rapaces. Lo que vimos alli fue una rapacidad que no nos esperabamos y que aun no sabemos interpretar, pero que a la mayoria de nosotros nos ha dejado hechos polvo para el resto del dia. Hemos estado discutiendolo esta noche y no sabemos muy bien lo que paso. Carla dice que fuimos unos frivolos parando alli para hacer fotos como turistas en el tercer mundo y acabamos provocando una escena indigna. Sara, sin embargo, afirma que si que les dimos una alegria a los chiquillos, por lo menos a los que cogieron caramelos, aparte de que el tendero hizo negocio. Yo creo que fuimos con buena intencion y nos salio el tiro por la culata. En cualquier caso, creo que todos nos sentimos mal por lo que ocurrio hace ya doce horas. Palidos y alucinados, nos subimos a la riksha y escapamos del campo de batalla a toda leche. Ganesh tampoco estaba contento. El unico consuelo que me queda es que, segun mi hermana, cuando nos ibamos un ninho se separo de la barahunda, alzo una mano ensenhandonos un caramelo y, sonriente, nos hizo un gesto con la cabeza que me gustaria interpretar como de agradecimiento.

Al llegar al hotel, por suerte, no tuvimos mucho tiempo para pensar. Nos duchamos, terminamos de hacer la mochila y nos fuimos al aeropuerto. Ganesh llevo a mi hermana, que le dolia el tobillo, y las mochilas. Alli nos despedimos de el y, tras mil controles de seguridad (deben de temerse algo estos dias, ya que pronto celebraran el de la independencia), facturamos rumbo a Varanasi. Mientras esperabamos el embarque estuvimos bromeando y nos relajamos un poco, menos mal. Isa y Laura B. estaban sentadas y la otra Laura, Sara y yo nos pusimos enfrente de ellas para poder conversar. Primero nos sentamos en el suelo, pero habia demasiadas minicuquis y preferimos acuclillarnos estilo indio, pero no nos salia demasiado bien. Unos indios que estaban sentados al lado se partian de risa con nosotros, hasta que les pedimos que nos ensenharan como se sentaban ellos. Parece muy facil y comodo, pero nosotros perdiamos el equilibrio constantemente y nos caiamos de culo. Luego nos dijeron si sabiamos sentarnos en la postura del loto y alli estuvimos intentandolo. La cosa fue degenerando y acabamos practicando posturas de yoga alli mismo, en la sala de espera del aeropuerto. Los tipos nos retaban: ?sabeis hacer esto? Y nosotros lo intentabamos, con mayor o menor exito. Luego se pusieron a contarnos movidas increibles de un yogi del pueblo que absorbia un litro de agua por el pene y se tragaba cuarenta metros de cinta de tela y luego la sacaba por la nariz. Despues de media hora haciendo autenticamente el indio, nos vinieron a avisar del embarque. Ni siquiera habiamos oido el anuncio por los altavoces.

El vuelo fue muy corto, como media hora en el aire. Al llegar a Varanasi nos esperaban dos taxis para llevarnos al hotel M. M. Continental. Despues de un camino que se nos hizo eterno, llegamos alli. Alguna gente estaba con ganas de irse a dar una vuelta, pero la mayoria, incluido yo (cosa rara en mi, pues me apunto a un bombardeo), decidimos irnos a descansar. Unos tipos nos subieron las mochilas (cosa que, a que hemos hablado antes del tema de la dignidad, dire que a mi no me gusta nada, pues soy lo suficientemente fuerte para subirmela yo solo, no soy ningun senhorito que no quiera mancharse, aparte de que iba ya totalmente sudado, y no quiero tener sirvientes). Pero la cosa no iba a ser tan facil. Al minuto y medio de haber entrado en nuestras habitaciones nos encontramos todos en el pasillo, indignados. Que si en mi habitacion la toalla del banho estaba negra y pegajosa, que si en otra las sabanas daban asco y habia una lagartija (cosa que a mi en concreto me parecia bien, porque asi se come a los bichos), etc. Eso no era lo que nos habian prometido en Delhi y, ademas, el hotel de Khajuraho estaba muy bien, asi que por comparacion aquello resultaba inaceptable. Comparado con el de Delhi no estaba tan mal, pero claro, como dijo no se si fue Carla: pagar casi el doble para tener que ducharte con chanclas, secarte con tu propia toalla y dormir en tu saco-sabana es perder el dinero a cambio de cero mejoras. Y encima, en las afueras. Total, que llame al de la agencia de turismo de Delhi para protestar. El tipo del hotel vino a ver el "problem", pero no se daba cuenta. Esta claro que tienen otro concepto de las cosas, porque a el le parecia que estaba todo bien. Al final llamo al de Delhi y estuvo hablando con el en hindi, asi que no entendi nada, pero pense que las cosas habian quedado claras y que nos mandarian a otro hotel. Y asi fue, efectivamente. Vino otra vez el taxi a buscarnos y nos llevo a otro hotel. Cual no seria nuestra sorpresa cuando nos encontramos que en ese hotel nadie sabia de que iba la cosa. Las cuatro personas que entraron llevaban dentro como una hora mientras los tres que esperabamos fuera cuidando las mochilas nos preguntabamos si los habrian descuartizado y tirado al Ganges. Pero cuando me entere de lo que habia pasado no me extranho que tardaran tanto. Resulta que el hijoputa del otro hotel le habia dicho a Rajan, el de Delhi, que su antro no nos gustaba porque no tenia piscina y, asi por su cuenta, decidio mandarnos adonde fuera con tal de librarse del problema. Cuando llamamos a Rajan, este intento llegar a un acuerdo con los del hotel India, pero estos quisieron enganhar a Rajan diciendole que no quedaban mas que las habitaciones mas caras. Rajan quiso entonces mandarnos a otro lado, pero por lo visto Laura, por telefono, le dijo que ni hablar, que alli nos quedabamos hasta que solucionara la cuestion. Bueno, y muchas cosas mas que para que contar. El caso es que tardamos como cuatro horas en saber que conho iba a pasar con nosotros, y eso por no hablar de los nervios que pasamos. Si ya estabamos poco agotados, despues de eso acabamos destrozados.

Asi que despues de ducharnos y cenar todos han optado por acostarse. Excepto yo, como de costumbre, vuestro fiel corresponsal ;)

Manhana, como digo, iremos muuuuy temprano a ver los ghats (los escalones a la orilla del Ganges donde los hindues devotos se "lavan" en un agua con un contenido de bacterias fecales treinta mil veces superior al normal). Sin embargo, no las tengo todas conmigo. Tanto mi hermana como yo hemos comentado que, curiosamente, coincidimos en la misma impresion: desde antes incluso de llegar a la India, sentimos que Benares, Varanasi, la ciudad santa, tiene algo, una energia muy intensa que nos hace sentir mal. No se por que, es algo probablemente absurdo, pero el dia de manhana me da cierto miedo.

3 comentarios:

mmelekk dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
mmelekk dijo...

¡Hola!

Me alegra ver que en el fondo todo va bien :). Acabo de leer las vivencias de estos últimos días y a partir de lo que cuentas he revivido una sensación que ya había olvidado pero que tantas veces tuve presente en la India… no sé si la compartirás: y es que me parecía que allí necesitaba el doble de tiempo que en Europa para hacer cualquier cosa… como que todo funciona más lento, más pausado… y reconozco que me costó adaptarme a ese ritmo. Es más, me agotaba física y mentalmente en algunos momentos.

Recuerdo en concreto el momento en que salió la posibilidad de venirme al Cervantes y entonces decidí adelantar mi venida. Para eso, necesitaba comprar un billete de avión nuevo. Me despedí de mis dos colegas den la universidad a las 11 de la mañana y les dije: “Estoy de vuelta a las 12.30 – 13.00; comemos juntas, como de costumbre”. Ingenua de mí… Aquel día regresé a casa a las 18, después de casi 7 agotadoras horas intentando comprar un billete de avión para España”…

En fin, cosa de culturas…

Sigue contándonos, ¿vale? :)

Un abrazo

Anónimo dijo...

Cuando estuve en China, yo también, como Àngels, sentí esa sensación de que las tareas más simples (para nuestro modo occidental de ver las cosas) llevan muchísimo más tiempo. Yo tardé dos semanas en descubrir o, mejor dicho, en conseguir una explicación de alguien de por qué me tenían en un hotel sin poder deshacer la maleta, porque me habían dicho que viviría en otro sitio. Lo que pasa es que hay tantas cosas que desconocemos que todo parece absurdo, lento y poco práctico... pero claro, es que las prácticas son otras ;)