martes, 28 de agosto de 2007

De nuevo Delhi

Esta noche apenas pude dormir, supongo que por todo lo que dormi los dias anteriores. Me levante a las seis y pico, me duche y baje a internet para, entre retortijon y retortijon, terminar de una vez el post sobre Jaisalmer. A las ocho y pico bajaron todos a desayunar. En ese momento yo estaba quemadisimo con la India, los indios y sus timos. Me sentia encerrado en un sitio donde no queria estar. De hecho, a la mesa declare mis ganas de volverme a casita cuanto antes, a dormir en una cama que se que esta limpia, ducharme sin chanclas y secarme con una toalla limpia, pagar precios fijos y no tener que regatear para quedarme siempre de todos modos con la sensacion de haber sido enganhado y, sobre todo, a comer con confianza: comida tal vez menos variada, pero sana y segura. Como decia el otro dia, lo que mas echo de menos es una buena ensalada o uno de esos gazpachos que me hago a mi estilo, con jengibre, je je.

Pero hoy el dia ha estado guay y en ciertas cosas (no en lo de la comida y las toallas) ha cambiado mi vision. Vamos por partes.

Se suponia que nos iba a venir a buscar Sonu a las nueve, pero no aparecio. Mientras esperabamos sentados en recepcion, asistimos a una demostracion de como funcionan las Increibles Lamparas Cagadoras de la India. Hasta ahora llevabamos todos mas o menos una cagada a nuestras espaldas o cabezas: yo fui el primero, con una de albatros o algo asi, por el tamanho, a Laurita una paloma descompuesta, a Laura otro bicho volante, a Sara un mono... Si, hasta ahora ganaba Sara, pero hoy ha sido superada por Laurita. Le cago una lampara. En serio. No se como, pero de un foco del techo cayo algo que, se mire como se mire, era mierda. Primero flipamos todos. Luego ella subio a lavarse y al bajar le ensenho indignada la camiseta al recepcionista, que la miro con la misma cara que los bueyes que solemos encontrarnos en la carretera. Ella insistio: me la lavais, y gratis. El tipo dijo: no hay problema, y alli mismo le hizo un "lavado a mano". O sea, con la unha rasco la sustancia reseca y le devolvio la camiseta. Ahi Laurita (no me imaginaba que pudiera ponerse asi) le canto las cuarenta y el tipo prometio mandarla a la lavanderia. Aun no se la ha devuelto.

Para nuestra sorpresa, luego aparecio Sonu. Quedamos con el, pero nadie se entero muy bien de como, y al final no nos hemos visto. Aparecio tambien nuestro jeep, esta vez conducido por un tipo alto y flaco de sonrisa estilo chino y mano flaccida. Cuando me dio la mano, apenas senti un leve toque y se me escurrio entre los dedos. No contabamos con tener un chofer a nuestra disposicion hoy, pero despues de los regateos nocturnos con las rikshas ayer, la idea me parecio genial. El tipo no hablaba ni papa de ingles. Pero ni papa. Nos pusimos en marcha sin saber adonde. Nos paro delante de no se que templo. Nosotros lo miramos por la ventanilla, dijimos "pues vale" y le mandamos ir a Janpath, donde esta el mercado tibetano. Alli, como no, nos perdimos haciendo compras. Esta vez incluso yo me deje tentar, al fin y al cabo son las ultimas oportunidades pa comprar regalitos. El condu no sabia que hacer con nosotros, pero no porque no se lo hubieramos dicho. Estuvo como una hora esperandonos de pie, menos mal que nunca perdia la sonrisa, pero esta claro que no entendia nada de lo que pasaba. Cuando ya parecia que tirabamos para el coche, pasabamos por delante de otra tienda y teniamos que entrar, regatear, comprar, y asi varias veces. A todo esto, yo con unos retortijones asesinos que me obligaban a sentarme cada tantos pasos.

Hoy en la India era el Dia del Hermano, que basicamente consiste en que las hermanas le atan una pulserita al hermano que este tiene que llevar hasta que se rompa para que se le cumpla un deseo y a cambio los hermanos les dan algo de pasta. Mi hermana llevaba dias buscando desesperadamente pulseras que no fueran demasiado horteras. Hoy, en una tienda donde estabamos todos, Laurita encontro una que no estaba mal y, a mis espaldas, se la paso a mi hermana. Ella se la metio en el bolsillo para que yo no la viera. Salimos de la tienda. Isa le pregunto a Laurita cuanto le debia. Laurita no entendia de que iba la cosa. Claro, mi hermana pensaba que la pulsera ya estaba pagada, y resulto que no. Asi que hoy fuimos sin querer autores de un hurto a pequenha escala. El hecho de que la pulsera no fuese comprada me proporciono una excusa estupenda para no darle dinero a mi hermana. Lo que no se es si, en esas circunstancias, se me cumplira el deseo.

Luego el chofer nos llevo a Jantar Mantar o algo asi, un observatorio construido por no se que soberano (me suena que el mismo que construyo el Taj Mahal, pero como todos se llaman raro no los distingo) que Javi queria ver. El observatorio, no el soberano. Al llegar alli nos asaltaron los encasquetadores de postales y encima habia que pagar, asi que nos fuimos rapidamente. El chofer debia de flipar cada vez mas: cada vez que los llevo a un monumento importante apenas bajan del coche para echarle un vistazo, en cambio los llevo a una calle normal llena de tiendas y son capaces de tirarse alli dos horas!

Fuimos a ver un templo sikh, Gurudwara Bangla Sahib o algo asi. Por supuesto, habia que quitarse los zapatos para entrar (pero estos estan mas organizaos: los dejan en unas taquillas y te dan un numerito, no como normalmente, que los aparcas en la calle y rezas para que sigan alli cuando vuelvas) y, ademas, cubrirse la cabeza. Nos endosaron unos panhuelitos cutrehorteras que vaya por dios. A ver si otro dia puedo poner fotos de nuestra pinta infame. Luego habia que pasar por una especie de charco de agua turbia y calentorra para "lavarse" las pezunhas. Aquello nos dio bastante asco, pero a estas alturas ya hay cosas por las que pasamos sin demasiados remilgos. A la entrada habia un grupo organizado de petardos colombianos o algo asi. Lo de petardos no lo digo porque fueran colombianos, sino porque eran unos petardos. Los guiaba un sikh con su turbante. Al oirnos hablar espanhol nos pregunto de donde eramos y nos mando seguirle. Guay. Tuvimos un guia gratis que dominaba el espanhol y hablaba con conocimiento de causa. Entramos. Dentro, tres tipos tocaban musica: uno cantaba, otro tocaba la tabla y otro el armonio. No lo hacian mal. Habia un monton de gente sentada en el suelo con las piernas cruzadas. Algunos eran sikhs y otros se veia que no. Estuvimos un par de minutos alli y luego el guia, que decia llamarse Pablo, nos llevo a una especie de comedor de beneficencia que tenian. Habia cientos de personas comiendo y cientos esperando. Sikhs, hindues y puede que otros, hombres, mujeres y ninhos, pobres, menos pobres y nada pobres. Vimos como hacian alli las lentejas en cubos y el chapati (especie de crepe más o menos crujiente hecho solo de harina a la plancha y que ellos usan a modo de pan) y las chicas incluso estuvieron amasando. Yo, haciendo fotos. Luego vimos como les servian la comida en escudillas a cientos de indios distribuidos en seis u ocho hileras. Nadie empezo a comer hasta que el ultimo estuvo servido. Parecia ensayado. Asi todos acabarian al mismo tiempo para que el siguiente grupo tomara el relevo. Mientras tanto, los colombianos lo filmaban absolutamente todo, usando como banda sonora sus propios comentarios: "y aqui tenemos a un monton de personas comiendo, bla, bla, bla...". Me pregunto si seran capaces de ver ese video alguna vez.

Los sikhs, cuando los ves, dan miedo. Son gente orgullosa y de apariencia fiera. No se recortan la barba ni el pelo, que llevan enrollado bajo los siete metros de tela de sus airosos turbantes. Tienen la mirada desafiante y la pose erguida. Suelen ser fisicamente mas fuertes que el indio medio. Al fin y al cabo, son leones. Todos los sikhs lucen el mismo apellido, Singh, que significa leon. Pertenecen a una estirpe guerrera. Y, sin embargo, hoy (por primera vez, he de reconocerlo) me han dado muy buen rollo. Me han parecido bastante majetes, cultos, con ironia y dignidad. No habia gente pidiendo dinero, aparte de uno al que le hicimos fotos (por indicacion de Pablo): le fui a dar diez rupias y me miro con desprecio, como diciendo "?es que no valgo mas?". Se quedo sin mis rupias.

Los sikhs se caracterizan por "las cinco pes": el pelo (largo, tanto en hombres como en mujeres, y recogido); el peine que llevan en el turbante (simbolo de limpieza; cuando pienso en la cantidad de tiempo que deben de pasar despiojandose!); la pulsera de acero, fina y sencilla; los pantalones cortos (sobre los que suelen llevar otros largos); y el punhal (todos llevan una preciosa vaina ornamentada que contiene un punhal curvo; no se como van las leyes indias sobre la posesion de armas blancas).

La religion sikh es una religion monoteista. Creen que su dios (que, por lo que se, no tiene ningun nombre especial) es el mismo que el de los cristianos o los musulmanes. Creen en el trabajo duro y no esperan recompensa por sus actos en otra vida, que, segun he entendido, no hay. La recompensa es y esta en la propia vida. Si tienen un concepto parecido al del karma, en el sentido de que la bondad o maldad de tus actos repercutira sobre ti mismo. En principio no tienen idolos, sacerdotes ni ritos como la misa, aunque si veneran a sus diez primeros gurus o algo asi. Aparte del punto de partida vitalista y "ecumenico", me llama la atencion que, tratandose de una religion india, no acepten el sistema de castas ni la desigualdad entre hombres y mujeres: dicen que el hombre y la mujer son como las dos alas del mismo pajaro. Nos quedamos tan gratamente impresionados con los sikhs que algunos declaramos nuestra intencion de convertirnos, aunque luego dijimos que para seguir pensando de la misma manera de la que ya pensamos no nos hace falta ninguna religion. Luego, pensandolo bien, hemos visto algunas faltas de coherencia entre lo que predican y lo que practican (no dejan de ser indios y no dejan de ser profundamente religiosos), pero a mi, personalmente, me han despertado simpatia. Me gustaria saber mas sobre ellos.

Luego nuestro chofer nos quiso llevar a no se donde, pero por el camino vimos la Puerta de la India, una especie de tosco arco de triunfo rodeado de extensos jardines con familias solazandose y estanques con ninhos banhandose, y decidimos bajar a hacernos unas fotillos, tomarnos algo de beber y descansar un rato sin el agobio de gente que hay en otros lados. Ademas, !habia papeleras!, y eso era necesario inmortalizarlo. La jugada nos salio a medias. Efectivamente, estuvimos un rato tirados en el cesped, observando a los indios y, sobre todo, siendo observados por ellos. Cuando nos dimos cuenta, la densidad de poblacion del parque se concentraba en nuestra zona. Todos los grupos de gente estaban vueltos hacia nosotros y nos miraban en silencio, de vez en cuando comentaban algo y se reian. Intentamos entablar conversacion con algunos grupos, pero nadie hablaba ingles. Yo me fui a comprar agua (bueno, en realidad fui siguiendo el rastro de una india que me habia gustado, total, algo tenia que hacer para olvidarme del dolor constante en el bajo vientre) y por el camino quise sacar un par de fotos de un grupo de ninhos que se estaban banhando en el estanque, tirandose de cabeza desde una fuente. Al verme se volvieron locos, todos empezaron a posar (muchos de ellos ensenhandome con la mano su bien mas preciado, no entendi muy bien por que) y luego salieron del agua y me rodearon pidiendome fotos individuales (no se si con o sin atributo), pero me escape de alli porque me estaban mojando la camara. Volvi adonde estaba el resto, ya con mi aguita. Se nos acerco una chavalilla de como ocho anhos. Era muy graciosa y le encantaba posar (como buena india), asi que le hicimos un reportaje fotografico. Luego nos acercamos a sus padres para ensenharles las fotos y ahi se me ocurrio una "idea genial". Habia unos tipos que sacaban fotos y luego las imprimian en una impresora portatil. Les pedi que me imprimieran una (pipty rupees, no consegui regatear) y se la regale a la familia. Se quedaron contentisimos. Estabamos ya sitiados por indios y nuestro chofer habia venido a buscarnos (sin decir palabra, eso si; pero supongo que no entenderia que haciamos alli perdiendo el tiempo en vez de ver un museo, un minarete, un templo u otra atraccion similar).

Nos quiso llevar a ver el Parlamento, pero por el camino vimos a un grupo de indios jugando al cricket y tuvimos que parar. Hicimos unas cuantas fotos sin entender muy bien el juego. Se nos ocurrio que estaria guay jugar un rato, aunque fuera intentar batear un par de veces. Les pedimos permiso. Acabamos jugando un partido entero con ellos. Como una hora o asi. Fue divertidisimo, aunque no sabiamos muy bien lo que estabamos haciendo, ninguno de nosotros conocia las reglas y ellos, en vez de explicarnoslas, nos decian "no rules". Por lo que vi, se parece bastante al beisbol, uno del equipo A lanza la bola intentando derribar unos palos que hay detras de uno del equipo B, que a su vez intenta batear. Detras de el hay uno del equipo A, que cumple una funcion similar al catcher del beisbol. El resto del equipo B esta distribuido por el campo para coger la bola bateada y pasarsela a... bueno, aqui nos perdimos. El caso es que nos lo pasamos genial y tenemos unas fotos para morirse de risa (sobre todo las mias bateando: mas que un jugador de cricket parezco una bailarina de ballet con las piernas blancas y peludas; ademas, con los pantalones que llevaba, abiertos por los lados, no podia correr porque me los pisaba y parecia un pato, de hecho una vez estuve a punto de estamparme contra el suelo, ante la carcajada general de los indios, que para eso no se cortan un pelo). Lo curioso (o no tanto, visto lo visto) es que cuando llegamos no habia nadie mirando el partido, y cuando nos fuimos el publico superaba las cincuenta personas. Incluso nos hicieron fotos creo que para algun periodico. Hemos quedado con los tios esos para salir manhana. A ver. Por cierto, jugar al cricket con gastroenteritis es toda una experiencia.

Al acabar tuve que volver urgentemente al hotel. Ya fuimos todos y descansamos un rato. Tenia treinta y ocho y medio de fiebre. Me tome algo para el dolor y mi hermana y Sara me improvisaron una sesion de reiki. Yo suelo ser bastante esceptico para esas cosas (y mas si se hacen aprisa y corriendo en la recepcion del hotel), pero he de decir que me senti mejor inmediatamente. Luego en el jeep, camino del restaurante donde queriamos cenar, las conversaciones eran de lo mas curioso: "yo a mi hermano lo he visto azul", "ya, pero eso es porque yo le abri los canales antes".

Fuimos a un sitio de comida vegetariana del sur de la India. Todos se pidieron cosas con una pinta extranhisima que me habria encantado probar. Yo me tuve que contentar con arroz blanco blanquisimo y cocidisimo. Pedi "plain rice" y el camarero, que estaba bastante empanado, insistia en que solo me podia traer "rice with curd" (antes de que me pregunteis, yo juraria que "curd" es yogur, pero no se por que no le llaman yogur). Vale, me pedi un platin de arroz con el yogur aparte. Me comi el arroz y deje el yogur (al final se lo tomo Sara de postre). Como me habia quedado con hambre (es que hoy solo habia comido dos tostadas sin nada al desayuno), pedi otro "plain rice". El empanao del camarero, que solo puede ser "rice with curd". Yo, que como quiera, pero que es una pena, porque vamos a tirar el curd. El, que el plato es rice with curd y que no hay tutia. Yo, que vale, pero que me sigue pareciendo una pena. Al cabo de diez minutos (en los que les habia dado tiempo a traer el arroz con tamarindo que mi hermana debe de estar vomitando en estos momentos y que habia pedido a la vez que yo), a mi hermana se le ocurrio preguntarle que pasaba con mi rice. El tipo dijo: "plain rice no possible, only rice with curd". Yo, muerto de hambre, con fiebre y dolor de barriga, salte: "bring me your rice with curd, but bring it now!" y anhadi en polaco, para no pasarme de ofensivo: "kurwa mac!", y luego en espanhol: "?estas gilipollas o que?". Me dio un arrebato bastante poco zen y probablemente exagerado, pero es que el tipo me mosqueo. Despues de comerme el segundo miniplato de arroz ultrasoso, nos encargamos de que, ya que nos lo iban a cobrar, que no reutilizasen el curd. Le echamos un poquito de pimienta, algo de chili, unas gotas de agua, y se formo una pasta realmente asquerosa que espero no le hayan encasquetado a nadie. Me supo mal haberme enfadado asi, pero en Espanha (o en Polonia) nadie te pondria pegas por hacerte un arroz cuando estas mal del estogamo, y ademas te cobrarian una miseria por ello. Aqui, con tal de no bajarte el precio, insisten en traerte el puto curd aunque luego lo vayan a tirar. Como si no tuvieran pobres a los que darles la comida.

Para terminar la noche, la misma escena de ayer (solo que anoche la tuvimos dos veces, a la ida y a la vuelta): el encontrar una riksha que no te time mas de lo aceptable. Anoche todos nos querian cobrar cien, ciento veinte o hasta doscientas rupias por riksha, cuando sabemos que el precio por cinco quilometros es de veinticinco. A los guiris no les ponen el rikshometro. Lo mas barato que conseguimos fue cincuenta, o sea, el doble del precio indio. De lo que no se dio cuenta el rikshero es de que se habia dejado el rikshometro encendido, con lo que, mediante una simple operacion matematica, vimos claramente que la carrera deberia habernos costado la mitad. Le pagamos al tipo lo convenido, pero le hice saber mi descontento, a lo que el contesto "night charge". Le habria dicho que el night charge empieza a las diez o las once, no a las nueve, y que en todo caso es del 25%, pero ya pase. Hoy, la misma historia. Menos mal que Javi, con su pinta de indio de otro estado (permitidme recordaros que no en todo el pais se habla el hindi) nos negocio rapidamente (o sea, a la quinta o sexta) una por cincuenta.

Estos dias me viene la idea de que hay algo en mi planteamiento que falla. Quiza deberia aceptar que las cosas aqui son como son y que no se puede aplicar el mismo rasero para los indios y para el resto. Deberia admitir que, al fin y al cabo, veinte rupias arriba o abajo para mi no significan gran cosa (a no ser que acumules las de varias veces diarias durante un mes), mientras que para ellos marcan una diferencia. Cuestion de supervivencia. Deberia comprender que lo que hace esa gente no es mas que cumplir con su objetivo de comerciantes (lease: vendedores, camareros, recepcionistas, riksheros, todos quienes cobran por un servicio), es decir, obtener el maximo beneficio posible. ?Acaso no nos timan tambien todos los dias en Europa con precios fijos inflados por los que no se nos ocurre protestar? Probablemente deberia ver que no es una cuestion de honor, que no es que me tomen a mi por imbecil, sino que, como dice Laurita, nos consideran medios para conseguir un fin. No nos tratan como individuos, como personas, sino como representantes de un mundo injustamente mejor y fuera de su alcance. Y no parece que vean nada de malo en ello. Te tangan con la mayor naturalidad. Extranjero es igual a rico, el mundo es injusto, saquemosles lo que podamos. Si, deberia plantearme todas estas cosas desde otro punto de vista, y lo intento, pero me cuesta. De todos modos creo que tienen poca vision a largo plazo, porque si las cosas fueran de otra manera la gente compraria mas, utilizaria mas sus servicios, dejaria mejores propinas y volveria encantada. No se dan cuenta de lo que pierden. Para mi gusto, pierden lo mas importante, aquello de lo que su pais podria estar orgulloso. Es una pena que la cuna de la espiritualidad se pervierta por dinero cuando en realidad el pais es rico en recursos.

Sea como sea, me quedan dos dias aqui y no voy a dejar que nada me los estropee, ni los indios timadores, ni las bacterias que le han cogido el gustillo a mis intestinos, ni nada. El dia de hoy ha estado guay y hemos logrado tener contacto con indios que, por no ser o no estar en su faceta de comerciantes, no pretendian nada de nosotros. Realmente es una lastima que no hablen mas ingles. Creo que en el sur se habla mas. En el norte, sin hindi no llegas muy lejos.

(NOTA: si es que mas oportunos no pueden ser. Justo cuando estoy intentando cambiar la impresion que me han causado, achacandosela a mis prejuicios, me pasa lo que me acaba de pasar. El camarero del restaurante -que llevaba horas observandome aburrido y mirando por encima de mi cabeza lo que escribo, aunque no entienda nada; ya hablare otro dia sobre el concepto de intimidad en este pais superpoblado- el mismo que anoche apago las luces para echarme, decidio hacer lo mismo, con tan mala fortuna que, justo en el momento en que yo estaba pulsando el boton de publicar para irme ya a dormir, me desconecto el modem y perdi los tres ultimos parrafos que habia escrito y que no he sido capaz de redactar igual. Cuando le eche la bronca tuvo el morro de decir que el no habia sido, !!!que la culpa era mia por haber tocado el enchufe con el respaldo de la silla!!! Esa cobardia manifiesta para asumir los errores me recuerda al dia que en Agra le deje a Sonu mi navaja para que me la custodiara, pues no podia entrar con ella a no se que templo, y cuando volvi, misteriosamente, la navaja habia perdido el seguro, pero Sonu juro y perjuro que no tenia nada que ver. ?Sera un efecto secundario del sistema de castas?)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! Nada, otra vez por aquí por la India :)
Todo lo que cuentas sobre el timo constante me recuerda mucho a mis viajes por China. Es bastante desquiciante, pero creo que se puede entender de la forma que tú mismo dices, al fin y al cabo, no te ven como una persona, sino como un turista. Y el turista sabe a qué se expone, no es sólo en India, cualquier lugar turístico es así, recuerdo mis vacaciones con mis padres en la Costa Brava, mi padre se ponía furioso con los precios.
Ahora, una cosa es viajar y otra cosa es vivir en estos lugares. Después de un tiempo en Shanghai, y habiéndome acostumbrado a algunas diferencias bastante marcantes de comunicación, descubrí que los chinos no eran ni entrometidos, ni descarados, ni falsos, ni mentirosos, ni cosas de ese tipo que uno piensa a primera vista. Yo vivía en un barrio de chinos, lo cual no es muy común si eres extranjero, pero persistí hasta conseguirlo. Al principio me sentía un poco mono de feria, todo el mundo me decía "hello", a lo que yo contestaba "hola", o me miraban y se reían, pero con el tiempo, la gente del súper de barrio, de la farmacia, de la piscina a donde iba, de la librería... se acostumbraron a mí y andaba por esos sitios como perico por su casa. En contraste con esa desesperación de los que trabajan con el turismo por exprimirte hasta el último centavo, en alguna ocasión salí de alguna tienda de estas que frecuentaba sin pagar, porque los dueños no querían cobrarme. Cuando la compra era muy pequeña, me decían en chino, "es un regalo". Acabé descubriendo que los chinos son muy parecidos a los españoles: les encanta reunirse para comer y beber, jugar a las cartas o cualquier otro juego (con apuestas, a veces) y hablar alto.
Puedo decir que son muy sensibles, les encanta contar intimidades cuando tienen confianza, pierden el pudor hasta un extremo infantil. Eso de no querer asumir responsabilidades es por una visión de la colectividad diferente de la nuestra. Nosotros somos muy individualistas (para ellos, intimidad y libertad tienen otro significado, y la palabra personalidad, como la entendemos en occidente, creo que no tiene el mínimo valor). En China, por ejemplo, no acusas a alguien aunque sepas positivamente que ha cometido un error. Sobre todo si todo el mundo lo ha visto y si esa persona sabe que tú lo has visto o tienes seguridad de su responsabilidad. Es tan censurable, para ellos, hacer algo mal como tú decirle a alguien que ha hecho algo mal. En realidad, hay formas de decirlo sutiles que no aprendí del todo, digamos que resuelven las cosas por medios indirectos.
En fin, reflexiones... jeje.
Me encantó lo que cuentas de los sikhs. Me cayeron bien.
Bueno, y que consigas disfrutar de los últimos días sin muchos retortijones!
Besos.

Alfonso dijo...

Bienvenida otra vez :)

Muchas gracias por tu comentario, es muy interesante lo que dices y seguramente tienes razón: como turista no tienes forma de integrarte en un sitio así, mientras que cuando vives allí de verdad las cosas cambian. Sin embargo, también es cierto que hay lugares donde, a pesar de la diferencia y el exotismo, desde el primer momento no te sientes tan ajeno. Me refiero a Brasil, y nadie mejor que tú para confirmar (o no) mis palabras. Por otra parte, a pesar de que la distancia geográfica entre España o Europa y Brasil es mayor que entre España y la India, la distancia cultural es mucho menor.

También he pensado sobre lo que dices del individualismo y me imagino que en ese aspecto China e India deben de tener bastante en común, aunque me imagino que en China estará exacerbado por los años de régimen comunista.

Sí, sé que mi visión de la India es muy parcial y alienada (impresión que no tuve al volver de Brasil, a pesar de no haber visto más que una región). Sé que no he llegado a tocar el espíritu del pueblo indio. Es eso justamente lo que me da rabia. Estoy juzgándolos desde fuera y, por lo tanto, estoy siendo injusto con ellos. Y, como no quiero quedarme con esa sensación, me gustaría volver en otra ocasión, en otro plan y habiendo aprendido al menos unos rudimentos de hindi. Mejor todavía si tuviera algún contacto para introducirme en su mundo (a ver si encuentro la dirección del chico que me escribió la frase del tatuaje, era muy majo). Si para el año que viene reúno ambas condiciones (hindi+contacto) no descarto una vuelta. Creo que la India merece una segunda oportunidad.

Besos :)