Llevamos tal ritmo de visitas y desplazamientos que empiezan a mezclarseme nombres, imagenes y lugares.
El dia de ayer lo pasamos en Udaipur. La verdad es que mas que al turismo nos dedicamos a las compras. Lo mas turistico de la ciudad era el lago Pichola (!en serio, se llama asi!) y, cumpliendo con nuestra obligacion, nos dimos un paseito en barca, con escala incluida en una islita que hay en medio que tiene un hotel carisimo y en donde por lo visto se rodaron algunas escenas de Octopussy, de James Bond, peli que no he visto ni pienso ver. El jardin del hotel (lo unico que vimos) era bastante cuco y, ya que no podiamos salir de alli hasta que el barquito nos quisiera sacar, nos pasamos un rato haciendonos fotos con poses de lo mas actoresco.
Una vez tachado el primer punto de la lista y antes de decidir cuales serian los siguientes, cometimos el error de meternos en una tienda de libretas, agendas, albumes, etc., artesanales superbonitos. Tras un duro regateo de hora y pico, todos salimos con nuestras respectivas bolsas negras que tuvimos que andar cargando todo el dia. Luego unos cuantos del grupo fueron buscando ropa y complementos, mientras otros se metieron en una tienda de instrumentos musicales. Adivinad en que grupo estaba yo. Alli asistimos boquiabiertos a una demostracion de como se toca la tabla (hable de este instrumento en el texto sobre Khajuraho) y el sitar.
Seguimos todo el dia por ahi, de tienda en tienda, alimentandonos a base de platanos (a dos rupias la unidad!) y galletas. Nuestro objetivo desde por la manhana era ir al mercado de especias, pero eran tantas las tentaciones que nos surgian por el camino que aquello se demoraba cada vez mas. Al final, a eso de las seis de la tarde, llegamos. Casi todos los puestos estaban cerrados, unos por ser tarde, otros por ser domingo. Aun asi, vimos unos cuantos tenderetes con enormes cuencos llenos de azafran, pimenton, cilantro, comino y otras especias cuyo nombre desconozco formando combinaciones de colores y olores solo posibles en la India. Descubrimos tambien una tienda donde vendian unas piedritas grises estratificadas como pizarra. Resulta que era champu, o eso decian. Se deshace en agua y te lavas la cabeza con eso. Laura se compro un poco, pero se me ha olvidado preguntarle si lo ha utilizado. Hoy todavia tenia pelo.
En estas estabamos cuando de repente por el fondo de la calle aparecio un elefante con la cara y la trompa pintarrajeadas con tiza de colores y transportando arriba a un sadhu, un asceta de costillas al aire y taparrabos anaranjado, con barba blancuzca y la cara pintada de blanco y amarillo. Para ser un hombre santo, le arreaba bien fuerte con un palo al bicho en la cabeza. Pero este no parecia hacerle mucho caso e iba metiendo la trompa en los diferentes puestos, no se si para robar manzanas o para hacerles cosquillas a los dependientes. La gente por la calle, tan tranquila.
Luego llegamos a un mercado de frutas precioso. Filas interminables de mujeres ataviadas con saris, vestidos y velos de colores chillones sentadas sobre el suelo a ambos lados del estrecho pasillo que quedaba libre para que a duras penas cupieran los compradores, rodeadas de cestos con frutas de todo tipo, platanos, manzanas, guayabas y otras que nunca habia visto o que no se como se llaman (hay una que en Brasil le dicen quiabo). Me llamo la atencion la ausencia de naranjas y de mangos. Tambien habia un grupo de mujeres y hombres haciendo cestos y persianas. Me habria quedado horas alli, mirando y haciendo fotos, pero mis compis estaban muertos de hambre y nos fuimos. Unos, directamente al restaurante. Mi hermana y yo, a la tienda de musica para comprarme un instrumento.
Una vez realizada la transaccion, le preguntamos al tipo de la tienda, que parecia simpatico y hablaba bien ingles, como llegar al restaurante donde nos esperaban los demas. Nos dijo: esta muy cerca, si quieres vente tu conmigo en el escuter y ella que vaya andando. Mi hermana se mosqueo por lo que considera machismo. Yo intento explicarlo, por ejemplo, diciendo que al fin y al cabo estabamos realmente al lado y que entonces nosotros habriamos ido cargando con el instrumento y ella habria ido mas ligera a pie, y que tal vez no sea decoroso que un hombre lleve en moto a una extranjera, o quiza no quisiera que lo vieran con una chica, o con una chica blanquita, o yo que se...
Cenamos (muy bien, por cierto) en una reserva de espanholes a la orilla del Pichola. Uno llega a pensar que, despues de indios, en este pais no hay mas que espanholes. Sobre todo catalanes. Comprendo que la gente en Espanha se suele coger las vacaciones en agosto, pero ?es que no hay otros destinos turisticos?
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