sábado, 18 de agosto de 2007

Camino de Kumbhalgarh: el Rajasthan profundo

Salir de Pushkar esta manhana no fue tarea facil. Por el camino, entre otras cosas, nos topamos con pseudocontroles en los que tipos con mirada de malos, a la vista de un vehiculo de transporte de turistas, cerraban la carretera con barreras moviles provistas de ruedas y exigian el pago de un impuesto revolucionario camuflado como "oficial" mediante resguardos rosas llenos de garabatos en hindi y la cifra de veinte rubias. Despues, en medio de un atasco, tuvimos un accidente. Nos dio un toque por detras un carro cargado por bambus enormes, empujado por dos vejetes que se ve que no pudieron frenarlo a tiempo ante la brusquedad de las maniobras de Sonu, nuestro conductor, que salto cabreado del jeep y les mando echarse al arcen para ajustarles las cuentas, pero ellos pasaron olimpicamente de el y, zigzagueando entre el trafico, desaparecieron por una bocacalle.

Fuimos hasta el fuerte de Kumbhalgarh, una fortaleza enorme emplazada en un lugar idilico, en un monte que domina un valle precioso. El sitio es bonito, pero lo que mas nos gusto, sin duda, fue el camino hasta alli. Una lastima que tuvieramos prisa para llegar por la tarde a Udaipur. Me habria encantado ir en bici o en moto y poderme bajar cada dos por tres para inmortalizar escenas preciosas, raras, sorprendentes. Ibamos adentrandonos en el Rajasthan profundo, que dista mucho de ser el lugar arido que imaginabamos. El desierto esta al otro lado de las montanhas. Esa zona es verde como Galicia. Voy a intentar reflejar por escrito las estampas que han registrado hoy mis retinas.

Nuestro jeep salta cual liebre a lo largo de una estrecha cinta de asfalto que nuestro conductor, mago del espacio, estira como chicle para, sin aminorar jamas, adelantar jeeps jubilados de alguna pelicula de safaris en technicolor y autobuses oxidados de los que por puertas y ventanas rebosan cabezas y pies, de los que cuelgan racimos de personas, sobre cuyo techo viajan personas, animales, fardos y paquetes indefinidos; esquivar vacas pachorrentas que, plantadas en medio de la carretera, nos miran impasibles; cruzarnos a duras penas con camiones decorados para un concurso de arboles de navidad y con carros cargados de sacos apilados desafiando las leyes del equilibrio sobre los que van sentados hombres que nos saludan, mirandonos con tanta curiosidad como nosotros a ellos.

Por el camino, gente sentada o acuclillada a la orilla de la carretera, a la sombra de un arbol, de un toldo o de un porche. Letreros de colores llenos de garabatos en hindi anunciando tiendas, bares y productos entre los que solo reconozco cocacola. Mujeres de pelo negro asomando bajo la tela que les cubre los hombros y la cabeza, con la nariz adornada por pesados aros de oro cuyo diametro es mayor que la propia nariz. Mujeres de tronco erguido y paso lento cuya cabeza se ha convertido en un gran fardo blancuzco o una enorme brazada de paja verde que sujetan con una mano, como espantapajaros andantes que temieran perder la cabeza de puro desproporcionada. Ninhas y ancianas extrayendo agua de bombas manuales y llenando cantaros metalicos que destellan al sol y que a continuacion se colocaran sobre la cabeza para alejarse con este nuevo apendice camino de la polvareda en la que se acabaran perdiendo. En medio de las plantaciones se adivina la presencia de mujeres trabajando la tierra dobladas por la mitad, pues de entre el verde emergen siluetas de traseros cubiertos con saris o vestidos tan brillantes que da pena que se puedan manchar. Hombres de andares suaves y piel curtida y atezada, vestidos de blanco y con turbantes naranjas o fucsias. Espectros que, en vez de sabana, llevan saris de toda la gama de colores de Stabilo Boss, deslizandose por el arcen como si levitaran. Familias enteras a lomos de motocicletas decrepitas. Vacas blancas o negras con joroba y bufalos sueltos de cuernos como alfanjes atravesados de subito en la calzada. Ninhos descalzos apacentando rebanhos de cabras pintas que, sin perder la elegancia, salen trotando al oir nuestra bocina. Un atasco provocado por una manada de burritos blancos. Curvas y baches que nos hacen botar como en una coctelera, pero nadie siente miedo, pues los hindus tienen tantas deidades que malo sera que alguna no les proteja. Todo ello sobre el lienzo verde de los campos de lentejas, tabaco y otros cultivos, las montanhas cada vez mas altas y los valles cada vez mas abruptos. Un paisaje que no era el que esperabamos encontrar en el teoricamente sediento Rajasthan. Deben de ser las bondades del monzon.

Ah, al final Sonu acabo aminorando la marcha cuando, despues de darme cuatro golpes contra el techo a causa de los baches (llegue a despegarme del asiento), le pegue un par de gritos.

Ahora estamos en Udaipur. Ya os seguire contando. A ver si manhana puedo subir unas cuantas fotillos. De momento, hoy he puesto al dia todo lo atrasado, incluyendo nuevas redacciones de Agra y Jaipur y nuevos textos sobre Pushkar y el Rajasthan. Me voy a dormir, que me lo merezco. Los demas ya hace horas que se acostaron. Esto del blog va a acabar conmigo...

4 comentarios:

ángela dijo...

hola Alfonso.encantada de leerte una vez más...esta vez tu relato me ha recordado a mozambique tu vehículo de transporte bien podría ser una "chapa" donde viajeros,demasiados para las dimensiones de la chapa,se entremezclan con todo tipo de cargas pero con la diferencia de que el espectáculo de fuera es realmente desierto y acabas recubierto de una masilla polvera de tintes parduscos....descansa, duerme but don't quit your blogging
un abrazo

helen dijo...

Hola,

Suponía que no me ibas a reconocer. Es normal, me has visto solo en una ocasión y durante escasamente un par de horas. Soy Helena, de Almería, la amiga de Lari.

Me alegra saber que seguis bien. Es alucinante todo lo que cuentas.
Besos

astral dijo...

Admiramos tu estilo y tu persistencia para poner al dia este blog. Deberiamos aprender de ti.Describes a la perfeccion este extrano, sorprendente y desconcertante pais. Reflejas todo lo que pensamos.
Por donde vais a andar los proximos dias? Nosotros estaremos hasta el miercoles en Udaipur, estaria bien poder coincidir otra vez. Duerme mas y cuidado con los perros.
Un abrazo.

Alfonso dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios!!

Angela, no he estado nunca en Africa (aparte de las Canarias, donde naci), pero por lo que me cuentan tiene bastante en comun con estos lares, al menos para el punto de vista de un europeo. Y eso que yo la Europa que conozco no es la mas "civilizada", supongo que para un noruego, pongamos por caso, las similitudes seran todavia mayores. Yo, por ejemplo, si noto algunas sensaciones similares a las que tuve la primera vez que estuve en Brasil. Que conste que lo de paises "civilizados" lo digo con ironia y sin juzgar.

Helena, !que sorpresa! No sabia que te escribias con hache :) ?Seguis con el plan de Marruecos? Me encantaria unirme, pero me temo que septiembre va a ser mes de recapitulacion para mi. Y de ahorro...

Estrella y Guillermo, fijaos que curioso, yo admiro vuestra capacidad para reflejar en pocas palabras y sin perderos en divagaciones aquello para lo que yo necesito paginas y paginas... Y si, veo que en muchas ocasiones tenemos impresiones parecidas. Ahora mismo estamos en Jodhpur, estaremos un par de dias todavia. Luego tiraremos hacia Jaisalmer. Si venis por aqui, mandadme un sms: +34 605 02 18 36.

Saludos a todos!! Voy a ver si escribo algo sobre los ultimos dias.