viernes, 24 de agosto de 2007

Jaisalmer

(Escribo el 27)

Camino de Jaisalmer volvimos a tener contacto cercano con el monzon. No lejos de nuestro destino nos encontramos con un gran atasco. A golpe de bocina nos abrimos paso entre autobuses, camiones, jeeps y coches, pero no pudimos llegar mas que hasta la quinta o sexta fila del espectaculo. Las lluvias torrenciales habian creado una riada que cortaba el camino. Unos cuarenta metros separaban ambas orillas del rio improvisado. El agua parduzca corria con fuerza. Los conductores de los vehiculos se habian bajado y, alli plantados, comentaban la jugada sin saber muy bien que hacer. En medio de la corriente, agarrados a unos postes que sobresalian, unos cuantos hombres trataban de construir una presa con ramas, pero el agua acababa llevandoselas.

Dado que no habia otra cosa que hacer mas que armarse de paciencia, bajamos del jeep camara en mano y nos pusimos a hacer un reportaje de la riada. Yo debi de sacar ochenta fotos en una hora. Al poco rato un camion de nuestro lado decidio intentar cruzar. Arranco a bastante velocidad, se adentro en la corriente salpicando a diestro y siniestro, se escoro hacia un lado, luego hacia el otro, levanto la proa y la volvio a hundir en el barro, un par de veces parecio a punto de embarrancar o de zozobrar mientras el publico se mordia las unhas, pero al final llego triunfante al otro lado y saludo al respetable con bocinazos, a lo que la gente respondio aplaudiendo.

Habia dejado de llover hacia tiempo y parecia que el agua habia bajado un poco. El exito del primer valiente animo a otros camioneros y buseros que, aprovechando el tamanho de sus vehiculos, fueron turnandose para cruzar. Luego vino la vez de los jeeps y similares. Al cabo de un rato empezaron a caer gotas otra vez y, ante el peligro de que una crecida nos retuviera alli por tiempo indefinido, Sonu decidio atravesar. Nosotros no teniamos miedo, pues hasta entonces todos los que lo habian intentado habian logrado pasar, con mayor o menor facilidad. No teniamos miedo, pero si cierta emocion. Incluso grabamos la travesia en video. Sin problemas.

Jaisalmer es la Ciudad Dorada y hace honor a su nombre. Toda la ciudad parece construida de piedra del mismo color que la arena del desierto que la rodea. Es impresionante. Aparte de eso, es como otras ciudades del Rajasthan. No demasiado grande, bastante paseable, llena de turistas y con un enorme fuerte. De hecho, gran parte de la poblacion vive dentro de las murallas del fuerte, lo que por lo visto esta causando grandes problemas, especialmente al sistema de alcantarillado, hasta el punto de que se han derrumbado varias torres y el fuerte entero esta en peligro. Una pena. El turismo y la industria derivada de el, lo mismo que le da la vida a la ciudad se la quita.

En Jaisalmer, probablemente debido al turismo (aunque en mi opinion no habia muchos mas turistas que en Jaipur, Udaipur o Pushkar) mucha gente habla bien ingles. Este hecho, unido al de que los vendedores no son tan pesados como en otras partes, nos facilito la conversacion con los locales.

Dentro del fuerte hay varios templos jainistas. Yo solo entre en dos. Son interesantes, con esas torres de forma tan extranha que recuerdan a los de Angkor Vat, con sus espacios descubiertos y sus columnas laboriosamente talladas, etc. Pero despues de ver el de Ranakpur, no llaman tanto la atencion (conclusion: ver primero Ranakpur; esta claro que nosotros hemos hecho la ruta al reves!).

Un dia, en busca de un regalo para Javi, que iba a ser su cumple, fuimos de compras. Entre otros lugares, entramos en una tienda donde tenian camisetas bastante bonitas (o bastante horteras, segun se mire, pero yo ya estoy un tanto indio y me compre una de Ganesh). Lo mas interesante es que la regentaba un brahman, es decir, un hombre de la casta superior, la de los sacerdotes, y su mujer. Nos explico que a el lo habian educado como a todos los brahmanes, es decir, habia tenido que aprender sanscrito, etc. Luego, durante mucho tiempo, ejercio su oficio por las aldeas, casando a parejas que en muchos casos el mismo habia juntado. Decia: a ver... este me pega con esta, y se celebraba la boda por mil rupias o asi. Pero luego la sequia y la coyuntura economica provocaron la emigracion a las grandes metropolis, con lo que tuvo que buscarse otro medio de vida y monto una tienda. Nos explico que la tienda les iba bien gracias a que eran buena gente y tenian buen karma. La verdad es que parecian buena gente, aunque a mi me repatea eso de que unos se crean superiores (o inferiores) a otros por haber nacido en el seno de tal familia. Tambien nos conto que el, como buen brahman, cada manhana reza sus mantras durante una hora. Luego sale de casa y no puede hablar con nadie ni tocar a nadie durante un rato. Nos ensenho el mantra de Shiva y el de Ganesh. Tambien nos mostro un cordon que llevaba atado en bandolera por debajo de la camisa. Por lo visto se lo ponen cuando se "licencian" de sus estudios brahmanicos, a los catorce anhos o asi. Antes no habia retretes en las casas y, no se muy bien por que razon, cuando iban a hacer sus necesidades, tenian que engancharse el cordon detras de la oreja. Necesidades menores, solo enganchar; mayores, con una vuelta alrededor de la oreja. Segun este buen senhor, asi nadie les preguntaba adonde iban. Creo que hay algo que no acabe de pillar. Otra cosa interesante que nos dijo es que a el tambien le timan cuando va a Delhi. Por muy brahman que sea. Dice que los riksheros, si la carrera cuesta cuarenta, le quieren cobrar cien. Pero como ya se ha aprendido el truco, pone acento delhiano, les dice que de que van, y ya. Yo, en cuanto aprenda hindi, voy a hacer lo mismo. De hecho el otro dia Javi, cuyo fisico puede pasar por indio y que ademas iba vestido de pies a cabeza de naranja, color de hombre santo, fue a un puesto callejero a comprar bebida, dijo namaste, senhalo lo que queria, el tendero le solto una parrafada en hindi y por un agua y dos cocacolas le cobro diecinueve rupias, cuando el PVP (precio de venta al panoli) habitual rondaria las cuarenta o sesenta.


(Continuo el 28, porque anoche me echaron el unico ordenata con la habitual sutileza india: en vez de decir "mira, que es hora de cerrar", se junto una asamblea de camareros y recepcionistas en la mesa mas proxima a la mia, a fumar y hablar sin dejar de mirarme -se que comentaban algo de mi porque reconoci la palabra "choti", que significa "cola de caballo" y es como llaman a la coletilla de hombre santo que llevo-; luego uno se puso a rondarme y acabo detras de mi, curioseando sin disimulo lo que escribia, para luego apoyarse en la mesa; por ultimo, dio la vuelta alrededor de mi y, en la pared que tenia justo al lado, empezo a apagar todos los interruptores, dejandome a oscuras; fue cuando les dije: "bueno, ya voy terminando")


En Jaisalmer vi cumplido uno de mis suenhos: me tome un zumo de mango. Un rato que nos dividimos y cada uno fue a lo suyo (el resto a hacer compritas; yo, fotos), fui a dar a una plaza donde habia dos puestos de zumo contiguos. En ambos, indios sentados en sillas de plastico bajo toldos de lona. Que hubiera indigenas me parecio buena senhal. Me acerque a uno de los puestos. Vieron que ponia mala cara al ver los vasos pringosos y me ofrecieron vaso de plastico. Pedi un zumo de pinha, pues vi que estaba recien hecho. Diez rupias (veinte centimos de euro). Me ventile medio vaso de un trago y solo entonces me di cuenta de que estaba mezclado con agua de vaya-uste-a-saber que procedencia. Lo habria tirado al suelo, pero el mal ya estaba hecho, asi que me tome el resto, rezando a Shiva para que no me pasara nada. Ya me iba cuando los del puesto de al lado, leyendo mis pensamientos, me gritaron: "mango juice!". Les pregunte: "?fresco?". Fresco. "?Sin agua ni hielo?". Sin agua ni hielo. "?En vaso de plastico?". En vaso de plastico. Alli mismo, delante de mi, pelaron el mango, lo echaron en la batidora y al momento me entregaron un vaso rebosante de jugosa pulpa batida. Estaba tan bueno que, a pesar del precio (treinta rupias, debido a que en todo Jaisalmer no habia mangos y tenian que importarlos de Madhja Pradesh, me lo creo, porque desde que estoy en la India no he visto mangos mas que en Varanasi y en Jaipur), me tome otro mas, alli sentado entre indios que me miraban con curiosidad y me preguntaban "which country". Espen.

Cenamos en un restaurante que recomendaba la Lonely Planet. Nada del otro jueves, comida aceptable y raciones justitas, pero tenian musica en directo. Dos tipos con rasgos de hombres del desierto, vestidos con tunica blanca y turbante. Uno tocaba el armonio y otro el dholak, un instrumento parecido a un tambor africano alargado que viene a ser una simplificacion de la tabla. Dos en uno. Tocaban bastante bien y me recordaban a Musafir (si alguien no los conoce, altamente recomendables, es musica del desierto del Thar). Enseguida se dieron cuenta de mi interes y senhalaron el billete que tenian "de muestra". Les di veinte rupias y desde ese momento me considere autorizado para hacerles preguntas. Me explicaron como funcionaba el dholak y las "castanhuelas" indias. Me preguntaron "whats yor nem" y, en cuanto me sente, improvisaron una cancion con mi nombre. Bueno, con lo que ellos entendieron, Alconco o algo asi. No se que dirian, igual "Alconco es un pardillo" o "Alconco, suelta mas guita", pero sonaba bien.

En Jaisalmer estabamos alojados en el que hasta ahora probablemente ha sido el mejor hotel, el Thar Palace. No de estandar (los ha habido mas caros y de mas estrellas, con porteadores que te acosan a cada paso), pero si de limpieza y ambiente. Una especie de palacio horterilla hecho de la misma piedra arenisca dorada que el resto de la ciudad, situado a las afueras, pero justo enfrente del cenotafio de no se que, un bello monumento del que enseguida hablare. El servicio, bueno. Los duenhos, majisimos. Le pregunte a la senhora por que hablaba tan bien ingles y me explico que habia estudiado la carrera en ingles y era profe de esa lengua. Como al dia siguiente nos ibamos de safari, nos permitieron dejar nuestras cosas en dos habitaciones. Cuando volvimos, nos abrieron una mas para ducharnos. Es decir, es como si hubieramos tenido ocupadas las habitaciones dos noches en vez de una. No nos quisieron cobrar por ello. Inaudito. Les dejamos una buena propina.

Ah, lo del cenotafio. Frente al hotel habia un altozano sobre el que crecian decenas de templetes cuadrangulares con el tejado apoyado en columnas. Como cenadores cubistas de piedra dorada. Debia de ser un lugar magnifico para contemplar la puesta de sol, pero esta claro que nuestro sino es no ver puestas de sol en la India, pues las tres veces que lo hemos intentado algo ha fallado. Como nos pillaba cerca, el dia que llegamos decidimos echarle un vistazo antes de ir a ver la ciudad. Mas que nada, por enterarnos de que era un cenotafio. Habia diversas teorias, aunque la que mas nos gustaba era la de que se trataba de un animal prehistorico del que solo quedaba un ejemplar. El cenotafio que custodiaba los templetes. La verja estaba cerrada, pero la abrimos sin mucho esfuerzo. Apenas habiamos empezado a subir la cuesta hacia los cenadores cuando a lo lejos distinguimos algo que se movia agilmente entre las columnas: !el cenotafio! Su forma se asemejaba increiblemente a la de un humano. Estaba claro que nos habia visto y se dirigia hacia nosotros, quien sabe con que intenciones. Tal vez quisiera convertirnos en su merienda para luego jugar al lego con nuestros huesos turisticos. El cenotafio seguia acercandose profiriendo gritos ininteligibles, mientras nosotros lo esperabamos paralizados, en posicion de guardia. Al fin se planto delante de nosotros. Era un ser delgado, oscuro y sin afeitar. Nos hizo entender que habia que ir a partir de las seis, entrar por la puerta del otro lado y pagar nosecuantas rupias, mas un suplemento por cada camara. Ya sabiamos que nuestro encuentro con el cenotafio no podia traer nada positivo. Dimos media vuelta y salimos de alli sin haber tenido tiempo para hacer mas que cinco o seis fotos cada uno.

Bueno, lo he contado todo de forma muy deslavazada y nada cronologica, pero es asi como me han ido viniendo los recuerdos. De Jaisalmer nos fuimos al desierto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola:

Sobre lo del precio del agua. No son 12 rupias como has escrito en otro sitio de este blog. En Udaipur entramos en una tienda a comprar no sé qué (comestibles) y llevábamos una botella de agua en la mano (cosa que ha sido muy habitual a lo largo de nuestro periplo indio). Se ve que el hombre estaba deseoso de vendernos más cosas (le compramos bastante) de modo que me dijo: te vendo una; ya tengo una le dije; 5 rupias, contestó...y me quedé perplejo (porque el agua siempre nos había costado o 10 o 12 rupias) y rápido de reflejos le pregunté que si era el precio indio (y no solo que me estuviese haciendo una estupenda rebaja) y asintió. 5 rupias el agua, Alfonso (quizá menos y todavía me cobró más!), con lo que las cocacolas a 7 rupias (7+7+5=19 rupias que fueron lo que le cobraron a tu amigo Javi...por cierto, genial estrategia que deberías haber aplicado en todo!).

Salut

Eladio

Alfonso dijo...

Sí, creo que nos lo habías contado aquella noche en el desierto. Increíble, ¿verdad? Nos tangan incluso cuando estamos seguros de que ya no, de que ya hemos descubierto cuánto cuestan realmente las cosas. Y bueno, sí, sabemos cuánto cuestan realmente para los no indios. Es que la realidad es múltiple...

Hoy, mirando fotos (ocupación a la que llevo dedicados todos estos días, ya he conseguido reducirlas en un tercio) he visto que en el fondo de una hay un cartel en el que se lee: "Water 6 rps". Entonces no me di cuenta.

Me gustaría saber también de dónde sale el agua que tienen en los carritos ambulantes y que venden a media rupia el vaso. ¿Vosotros habéis llegado siquiera a ver una moneda de media rupia?

Bueno, veo que te estás leyendo el blog retrospectivamente, ¿no? :) Gracias por tus comentarios. Me queda pendiente contestarte al del otro día, pero es que a comentario serio hay que responder como es debido. En cuanto disponga de un momento tranquilo para sentarme a escribir argumentativamente, lo haré.

Un abrazo :)