Jaipur y Udaipur, pero despues de ver Delhi y Varanasi lo de aqui no nos impresiona, de donde se deduce que quiza sea mejor hacer lo que suele hacer la gente, es decir, la ruta contraria a la nuestra: empezar por el Rajasthan y dejar Varanasi para el final.

Segun la guia, Jodhpur es la Ciudad Azul. Efectivamente, el azul es el color predominante, sobre todo en el casco antiguo. Hay diversas tonalidades, mas bien cercanas al celeste, aunque llama especialmente la atencion un azul tirando a violeta que, a pesar de parecer sucio, brilla tanto que deslumbra. Paseando por el laberinto de callejuelas del casco antiguo a veces se llega a esquinas donde de repente el azul te rodea por todos lados como una alucinacion, como si te hubiera dado algun tipo especial de daltonismo monocromatico. Los diferentes tonos -toda la gama del azul- quieren amalgamarse unos con otros, oscilan, reverberan al sol y tu alli en medio, confundido y un tanto mareado.



Tambien hay un mercado de fruta y verdura. Los puestos son de diversos tipos: tenderetes entoldados, carretas de traccion humana que parecen bandejas enormes sobre cuatro ruedas de carro encima de las cuales, entre los montones de fruta, suele estar sentado en posicion de yogui el vendedor, manteles de colores en el suelo con fuentes y cuencos rebosantes de fruta tras los que se parapetan senhoras que nos miran y nos sonrien o no, escalones de acceso aprovechados para colocar la mercancia, etc. Hay productos que reconocemos y otros que no. Hay platanos, peras, manzanas redondas rojiverdes, granadas, limas chillonas, judias verdes planas o infladas, patatas, pepinos, tomates ahuevados rojiamarillos, estirados pimientos de diversas clases que imagino o bien picantes, o bien muy picantes, ajos que ni lavados con ariel, pepinillos con acne, cebollas violaceas, una especie de calabacines lisos y palidos, coles subdesarrolladas, acelgas raquiticas, berenjenitas redondas del tamanho de un tomate, pequenhos cocos triangulares y peludos, enormes cocos verdes calvos, no se si calabazas con forma de papaya o papayas de color calabaza, coliflores, aceitunas rojiverdes todavia con la rama, jengibre, nhame (creo) y otras plantas no identificadas.
Llegamos aqui anteanoche. Cenamos en el jardin de un restaurante recomendado por la Lonely Planet (en esto he de decir que rara vez falla), el On the Rock. Comida buena y abundante, servicio agradable y vajilla limpia, que es de agradecer. Dentro habia una pista de baile vacia y nos encargamos de ocuparla. No pinchaban mal. Estuvimos un rato bailoteando, yo me lo pase genial, hacia anhisimos que no bailaba con mi hermana. En la pista no habia nadie mas que nosotros. En los sofas, solo indios, no indias, y alguna que otra pareja de extranjeros. Decidimos volver al dia siguiente, ya descansados, para bailar con mas tiempo.


Luego nos separamos, porque yo me quedaba atras haciendo fotos. Pase por delante de una casa a cuya puerta habia un grupo de como siete senhoras sentadas. Al verme, me llamaron para que les hiciera una foto. Les hice varias. Luego me pidieron boligrafos, que no tenia. Entonces me pidieron jabon. Les conteste que tampoco tenia y me dijeron que les trajera a la vuelta. No pensaba hacerlo, pero me coincidio pasar por delante de una tienda donde lo vendian, asi que compre tres pastillas. Al llegar delante de la casa me acerque al grupo y saque una pastilla del bolsillo. Inmediatamente una de las viejas me lo arrebato de la mano, mientras las otras forcejeaban por quitarselo. Dude si darles el resto o no, pero pense que quiza, al ver que habia mas, se calmaran. Craso error. Saque la segunda y empezaron a empujarse para conseguirla. Se la di a la primera que la cogio, no pensaba participar en la pelea. Estuve por dejar la tercera pastilla al otro lado de la calle y que la cogiera quien quisiera, pero me parecio que tampoco solucionaba nada y la escena iba a ser todavia mas indigna, asi que se la di a la que parecia la duenha de la casa, mas que nada porque tenia cara de bruja y parecia que me iba a echar un mal de ojo. Las demas gritaban pidiendome mas, cuando les dije que no tenia me mandaron a comprar mas, yo las mande a la mierda y me fui por donde habia venido.
Cenamos en el mismo sitio del dia anterior. Comimos bien, pero Javi se encontraba mal y se volvio al hotel. Laurita se quedo preocupada por el y tambien se queria ir. El resto estabamos muertos de suenho. Como habiamos quedado en que nos viniera a recoger Sonu, bailamos un rato para acortar la espera, pero en cuanto aparecio, media hora antes de lo convenido, nos retiramos. Una pena, en vez de aprovechar el primer dia para bailar lo dejamos para el segundo y nos salio al reves.


Las calles estan siempre llenas de gente. Algunas conservan un asfalto mas o menos anhejo, mientras que por otras vas pisando polvo y piedras. Y basura. No hay papeleras y cuando le preguntas a un indio donde puedes tirar la botella vacia te senhala la esquina mas proxima, con una sonrisa que no se si signfica "?es que no lo ves?" o "acostumbrate, aqui las cosas van asi". La construccion es baja, normalmente de dos o tres pisos mas la azotea, aunque suele ser dificil distinguir donde empieza una casa y termina otra o donde se acaba un nivel y comienza el siguiente. Hay pocas bocacalles. La comunicacion en sentido horizontal se realiza generalmente a traves de arcos mas o menos ornamentados que conducen a patios llenos de motos aparcadas desde los cuales se accede a otros patios o callejones y asi sucesivamente. En sentido vertical, mediante escaleras disenhadas por algun gigante anorexico. Las fachadas suelen estar pintadas de colores y lucir inscripciones en hindi, oms, cruces gamadas y efigies de deidades hindues, sobre todo de Ganesh, el de cara de elefante, que se supone que trae buena suerte. Hay fachadas que se caen a trozos, como si fueran de chabolas, y otras que, con sus arcos y celosias, parecen palacios de nobles venidos a menos.
Lo que mas llama la atencion son los bajos, siempre abiertos a la calle. Cada pocos pasos hay gente sentada, las mujeres nos sonrien, los hombres nos dicen "hello", "which country", "come see my shop" y "holahola caracola, miramira cachemira". A veces cuesta diferenciar una tienda de una vivienda. Las tiendas suelen ser cuchitriles sin fachada donde uno o varios senhores esperan a los clientes sentados entre o sobre su mercancia. En las tiendas claramente destinadas al publico local, la pintura en muchos casos brilla por su ausencia. Queda al desnudo el hormigon ennegrecido de las paredes. En ocasiones no se sabe muy bien que es lo que venden. Supongo que lo diran los letreros que a nosotros nos parecen meros ornamentos, esqueletos de arbustos o insectos con cientos de patitas. Abundan los puestos de comida, donde individuos sudorosos en camiseta interior sin mangas frien en enormes sartenes negras llenas de humeante aceite igual de negro bolitas o discos de masa amarilla. Hay tiendas que rara vez se ven en las calles europeas: tiendas de candados, tiendas de calderos, baldes y cantaros metalicos, tiendas de fuegos artificiales y tintes para el pelo y la piel, tiendas de estatuillas, de bisuteria y abalorios, de cajas metalicas, de ventiladores y camping-gas, de cuerdas, de ropa interior cutre, de babuchas de lentejuelas, de golosinas de colorines anisadas, de pegatinas y bindis, de escobas de canha, de frutos secos a granel que te pesan en balanzas antiguas, puestos de fruta, de pulseritas de plastico, de guirnaldas de flores que van haciendo sobre la marcha y, como no, cientos de tiendas de telas. De vez en cuando, algun templo hortera que se distingue mejor desde lejos, porque se ven las cupulas. De cerca se identifican por las chanclas sucias y mocasines gastados amontonados a la entrada.
Por las calles corren arroyos de aguas hediondas. El alcantarillado, cuando lo hay, se reduce a acequias que arrastran todo tipo de desperdicios. En lo alto, el tendido electrico forma espesas telaranhas. Da miedo pensar que pasaria si se soltara un cable (hace una semana un autobus toco un cable flaccido justo en el momento en que se bajaba un pasajero en medio de un charco de agua; murieron asadas como veinte personas). El electricista que quiera arreglar algo tendra que disponer de un plano detallado. O, mejor todavia, arrancar todos los cables y empezar de cero. Sobre los cables hay posadas palomas con el culo en posicion de ataque, como hemos podido comprobar en un par de ocasiones.

4 comentarios:
Animo Alfonso, estamos contigo.
Estamos sintiendo lo mismo en este pais contradictorio, hasta que no conoces algo no sabes de verdad como funciona, tal vez India nos gusta pero no tanto como pensabamos.
Por cierto, record en una moto: 2 adultos, un nino y una cabra!!!!
Vamos con tres dias de diferencia respecto a vosotros, hasta cuando estais en India?
Nosotros 25-28 puede que en Jaissalmer y despues Delhi. Nos vamos el 31 por la noche.
Un abrazo
Buf, es que el dia que escribi todo eso estaba un tanto quemado. Pero si, esta claro que es un pais contradictorio. Me gustaria conocerlo mas desde dentro. Tengo un contacto en Delhi, igual lo llamo para que nos ensenhe algo antes de irnos.
En Jaisalmer acabamos de estar, en cuanto pueda escribire algo. Mola.
Es probable que coincidamos en el aeropuerto, porque nosotros tambien nos vamos todos el 31 muuuy temprano, en tres aviones diferentes, la mayoria rumbo a Madrid, Laura a Londres y yo a Varsovia.
Nosotros hemos visto hoy a cuatro chavales en una bici :)
Un abrazo desde Bikaner
El dia que lleguemos a Delhi, probablemente el 29, te mandaremos un mensaje. Estrella 0034646371382.
Sigue bien.
Ferpecto! A ver si coincidimos por alli :) Hasta!
Publicar un comentario